Un balón de oxígeno. Los comerciantes bilbaínos recibieron diciembre con negros nubarrones en el horizonte. Julio y agosto, según un informe de la Cámara de Comercio de Bilbao, «fueron los peores de la historia» para el sector. Entre sus conclusiones recogía que «solo un 9% de los negocios superó en ventas al año anterior». Con este panorama desolador, las tiendas de la villa comenzaron a cambiar escaparates para ofrecer a sus clientes una nueva temporada, la de otoño-invierno. «Resultó también un desastre», confirmaba Begoña de la Cruz, presidenta de la Asociación de Comerciantes de Santutxu. El buen tiempo no animó precisamente a los clientes a hacerse en octubre y noviembre con ropa de abrigo y el pesimismo se acentuó. «Pero si la gente va de verano, ¿cómo iban a comprar gabardinas o jerseys?», se preguntaba ayer De la Cruz, en su librería de la calle Resurrección María de Azkue.
«Pasear y comprar»
Pero como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga. Ese tiempo traicionero de los meses de otoño se convirtió en la segunda quincena de diciembre y primera de enero en todo un aliado para los intereses de los comerciantes. Y el resultado aquí está: «La campaña de Navidad ha sido muy buena, mucho mejor de lo que esperábamos», reconocía Jon Aldeiturriaga, gerente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo. «Hacía años que no recordábamos tanta gente en nuestra calles. No todos iban con bolsas, pero había ambiente -aseguraba-. Los vecinos han salido este año a pasear y a comprar», añadía Begoña de la Cruz. En BilbaoCentro también mostraban su satisfacción por la bonanza de la última semana de fiestas, «teniendo en cuenta que se venía de una campaña mala y con una expectativas bastante negativas», explicaba su gerente, Jorge Aio.
Sin embargo, a la campaña finalizada el pasado sábado le costó arrancar. Su inicio fue flojo y comenzó a animarse con la Navidad ya avanzada. Los Reyes continúan teniendo mayor tirón que Olentzero. Los consumidores, por ello, «dejan para más tarde las compras», reconocía Aio. «Además, la situación económica está consiguiendo que el cliente mire más y lo piense mejor a la hora de realizar sus compras», analizaba.
«Efecto salvador»
Las tres agrupaciones del gremio coinciden en que estos resultados han tenido un «efecto salvador» para el comercio bilbaíno. Los comerciantes del Casco Viejo certifican que las ventas han sido «superiores» al mismo periodo del año anterior. «A ver si podemos decir ya que en 2011 tocamos fondo», confiaba Aldeiturriaga. Desde BilbaoCentro se calificaban los resultados de «similares» y los comercios de Santutxu, por su parte, confirmaban haber vivido un periodo «un poco más alegre» que en años anteriores. Además del tiempo, los responsables de los negocios destacaban las actividades lúdicas y de calle organizadas por las asociaciones como un medio válido a la hora de incentivar y animar al consumo.
A los comerciantes, inmersos estos días en las rebajas de enero, los resultados les permiten encarar un futuro «con más ánimo» sin olvidar el presente y la situación económica que está obligando a muchos negocios a echar la persiana. «Veníamos de una temporada mala, y de haber seguido así hubiera sido la puntilla para muchos», remarcaba el gerente de BilbaoCentro.
Este año la Navidad les ha insuflado oxígeno con unas ventas complementarias a las de rebajas. «Solo así lograremos que la maquinaria siga funcionando, porque hay que volver a comprar, estar vivo y presente, y seguir metiendo gente en las tiendas», añadían.