Actores a los 80
En torno a los mayores hay muchos tópicos que ellos son los primeros en querer desterrar. Porque ni todos los jubilados se pasan el día mirando las obras, ni todas la abuelas hacen calceta. Los hay que se dedican a estas cosas, pero también a otras que hace unos años quizá alguno habría considerado impropias de su edad. Como subirse a un escenario teatral a los 80 años. ¿Que cuesta más aprenderse el papel? Probablemente.
«Ya no tenemos la cabeza como los jóvenes», coinciden estos artistas tardíos, que suplen las jugarretas de la memoria con tesón y muchas ganas. EL CORREO se ha colado en los ensayos de cuatro compañías teatrales de mayores de Vizcaya para observar entre bambalinas a este medio centenar de actores ‘amateurs’ que rondan los 75 años. Entre el cuadro actoral, una mayoría apabullante de mujeres
«Aprender los guiones es lo que más nos cuesta. Lo tenemos que leer un montón de veces para memorizarlo, repasarlo una y mil veces, hasta en la cama», comenta Cristina Conde, la actriz aficionada más veterana -tiene 78 años- de la compañía ‘Beti Gazte’ del barrio de Otxarkoaga de Bilbao. Algunos se ayudan para el estudio de la tecnología, que han aprendido a utilizar siendo ya bien mayores. «Yo me lo grabo y lo voy escuchando», confiesa Mari Cruz Silvestre, de 62 años e integrante del grupo de Barakaldo
Los contratos millonarios que firman las estrellas del celuloide le parecen a Cristina Conde «cosas de otro planeta». A sus 78 años esta bilbaína de adopción perteneciente al grupo de teatro de Otxarkoaga ha descubierto que la cámara también la quiere a ella y el año pasado dio el salto al cine. Lo hizo como protagonista de un cortometraje por el que no cobró «ni un duro» y que se exhibió en la sala Bilborock «con el auditorio lleno de gente», apostilla.El trabajo de horas y los ensayos han quedado condensados en siete minutos en los que Cristina pone rostro y voz a la soledad de las mujeres mayores a través del personaje de una anciana que retiene a una joven en su casa fingiendo necesitar ayuda para desempeñar las tareas del hogar. «Me costó un poco entrar en el papel, pero después todo fue rodado. Sólo tuvimos que repetir una escena», se enorgullece Cristina, a quien la magia de la pantalla grande, aunque tarde, ya le ha atrapado
Últimos comentarios