Otxarkoaga – Txurdinaga. Es el distrito con menos inmigrantes de Bilbao. El centro de Txurdinaga atiende sólo a 335 inmigrantes
Un único centro de salud de la capital vizcaina concentra la atención de casi 5.000 inmigrantes afincados en Bilbao que se ven obligados a acudir al consultorio de La Merced. Y es que según los datos obtenidos por el aún inédito mapa sanitario de la población inmigrada de Bizkaia, el 25,1% de los extranjeros residentes en la Villa son atendidos en dicho centro. El mapa, elaborado conjuntamente por la Universidad Pública Vasca, el Observatorio vasco de Inmigración y el Ejecutivo de Gasteiz revela que la situación es debida a que sólo el distrito de Ibaiondo aglutina el porcentaje más alto de población inmigrante de todo Bilbao, un 10,3%.
La mayoría de la población foránea empadronada en este distrito tiene como lugar de procedencia el África Subsahariana o el Magreb, situación que complica la comunicación entre médico y paciente. Respecto al total de extranjeros, esta población representa el 40%y son los que más problemas plantean a la hora de adaptarse al idioma.
Elena Rodríguez, catedrática de Salud Comunitaria, es una de las personas que ha participado en la elaboración del mapa sanitario y lucha desde Médicos del Mundo porque la CAV se adapte a la realidad actual: «Este tipo de informes permite analizar por dónde hay que empezar a trabajar y en qué centro hay que priorizar. Por ejemplo, en el distrito de Deusto la mayor parte de los inmigrantes son latinoamericanos, ahí no habría que priorizar el idioma pero sí otra información». Dentro de los tres centros de salud con los que cuenta el distrito 1, Deusto, el de Arangoiti es el que agrupa un mayor número de población inmigrante, un 9,5% del total de los foráneos afincados en Bilbao.
El distrito 3, Txurdinaga y Otxarkoaga, cuenta con un menor índice de inmigrantes y, como consecuencia, sus centros de salud sólo son visitados por 335 personas, el 1,7% de la población inmigrante total de la capital. La concentración en otros distritos ronda el 5%, pero los países de procedencia varían notablemente de unas zonas a otras. En el distrito de Abando destaca notablemente la población china. El 60% de los inmigrantes afincados allí proviene de China y el 18,8% de otros países asiáticos. La mayor concentración de personas naturales de la Europa no comunitaria se encuentra en el distrito de Begoña, donde el centro de salud de Bolueta-Sagarminaga es el que más inmigrantes absorbe, un 5%.
El estudio se ha centrado en ubicar a cada una de las personas con tarjeta sanitaria en el centro en el que son atendidos: «Es la única manera de que Sanidad tenga un poquito de información sobre qué centros tienen afluencia de inmigrantes y además qué tipo de nacionalidades están acudiendo», comenta Elena Rodríguez. A su juicio, no es lo mismo que un médico atienda a un latinoamericano que a un magrebí: «El idioma es un problema. Igual tendrían que poner más médicos en determinados centros, o en otros quizá traductores para poder abordar la relación médico-paciente e incluso programas dependiendo de la gente que acude».
mapa sanitario El mapa sanitario, elaborado por siete personas a lo largo de un año, es el primero de este tipo que se ha elaborado a nivel estatal y será actualizado cada año. La primera panorámica del estudio se publicará en abril y el volumen completo en junio. «Esperamos que con estos datos sanidad pueda reajustar su planificación», afirmó la catedrática.
Una de las propuestas que plantea este documento es la traducción simultánea en las consultas. Elena Rodríguez es consciente de que resulta una medida bastante costosa económicamente: «Hay un grupo de catalanes de la Asociación de Medicina Familiar que ha hecho un DVD con las preguntas más clásicas o más frecuentes traducidas a los diferentes idiomas. Eso sí que es más aceptable económicamente».
Además destaca un handicap del sistema sanitario vasco. Actualmente los médicos luchan por invertir diez minutos por paciente pero la media en la atención primaria ronda los cinco minutos. El médico se enfrenta a una doble dificultad, «el tiempo y la desinformación a la hora de abordar la consulta».
Este déficit de tiempo le genera preocupación: «Si ya es difícil resolver una consulta en apenas cinco minutos con un paciente autóctono, ¿cómo va a resolverlo con una persona a la que ni entiende o que tiene un proceso del desarrollo de la enfermedad totalmente diferente», se pregunta.
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