Desde Otx, con amor (14)
Hola. Me apetece cambiar de formato. Probaré algo más informal. Ya está bien de tanta noticia de periódico. Podría hacer un monográfico. Dedicado al feminismo, por ejemplo. Y dicho y hecho. Que conste que, de haber algo fijo en esta sección, es el dato de que yo soy una mujer.
El feminismo lo inventó Luc Tonton Feminois (pronunciado “feminuá”) el día en que se cansó de la pesada de su mujer y le dijo:
– ¡Te abandono! ¡Prepárame la maleta!
El feminismo lo inventó Emilie (pronunciado “emilí”, con acento en la última “i”), mujer de Tonton (expresión familiar que significa tío –hermano de padre o madre- majillo él, un poco despistado), cuando el pesado de su marido se marchó de casa y encima le obligó a hacerle la maleta
– Los calzoncillos te los pongo debajo de las camisas
El feminismo se inventó en el siglo pasado (el XIX o el XX), cuando la madre de Emilie, Françoise (pronúnciese “fgransuás”), cansada de tanta pesadez, le comentó a su hija:
– ¿Ellos no son machistas? ¡Pues nosotras hembristas!
Lo que pasa es que no se acertaba todavía con el término. Todo es cuestión de tiempo.
El feminismo lo inventó Petrita Ulacia Torroba Alarcón (siglas inventadas) cuando recogió del buzón de su casa de citas un sobre conteniendo deyecciones animales. Iba sin remite, pero ella sospechaba.
– Esto es cosa de alguna señora despechada
El feminismo lo inventa cualquiera leyendo párrafos como el anterior. Un buzón. Una carta-caca. Una mujer de mala vida. Un hombre que se va de casa. Una esposa engañada. Venganza. Tonton en la flor de la edad (50 años).
– Tonton
– ¿Qué?
– Ya que te vas, llévate al perro
– Pero si te lo regalé a ti
– Ya no quiero ningún perro en mi casa
El feminismo lo inventa cualquier mujer a quien ya se le han hinchado las narices. Hay que tener en cuenta que “feminismo” deriva de “hembra” que, a su vez, deriva de “femina”, palabra latina de gran dulzura. Lo único que las mujeres han hecho (hemos hecho) ha sido acoplarle el sufijo “ismo”, en un intento de equiparación con los machos, que en esto de nombrar, estructurar y parcelar barbaridades y violencias, corren que se las pelan, igual que los gorilas, de quienes descienden directamente. Nosotras, sin embargo, descendemos de las monas. Ellos dicen que de las cacatúas. Serán machistas…
El feminismo, por tanto, no lo inventó nadie, sino que surgió de las tripas de varias generaciones de esclavas. Te pisan la cabeza durante siglos. Aguantas. Un día te permiten alzar un poquito el cuello. Chillas. Se asustan y se apartan. Ves un palo cercano. Sonríes. Disimulas. Se vuelven a acercar, para pisarte otra vez o para escoriar con saña alguna parte de tu cuerpo con alguna parte de su cuerpo (práctica habitual en gorilas). Respiras hondo. Coges el palo y atizas. Así de sencillo. Luego van y se asustan.
– Oiga, mona
– ¿Qué?
– ¿Acaso no es natural la coyunda?
– Según cómo, gorilón
Actos naturales del gorila: la guerra, el asesinato, la violación, la depredación, la tortura, la crisis, el cambio climático, aporrear tambores viendo jugar al balón… En fin, pura naturaleza macha. Pero de esto ya hablaremos otro día.
Hoy prefiero despejar algunas dudas sobre el significado de la palabra feminismo, porque me parece a mí que hay gente muy liada…
El feminismo NO significa oposición radical al machismo. Es decir, suavidad para dar y tomar, agachar la cabeza, aceptar cualquier autoridad, no sudar, no esforzarse, no chillar, pasarse el día sentada haciendo punto y cuidando de los hijos y de la huerta. NO. Lo contrario está bien, pero hay que saber medirlo.
El feminismo TAMPOCO significa sustituir en todo a los machos, imitarles, comernos el mundo, dirigir países, ganar campeonatos, hacer la guerra, machacar cráneos, forzar voluntades, insultar. NO. Sustituirles está bien, pero no de cualquier manera.
El feminismo se basa en el valor radical (de raíz: profundo, básico) de la hembra. ¿Cuáles son estos valores? Pues eso es lo que tenemos que descubrir cada una y entre todas. Una buena idea sería ir fijándose en las diferencias. Hay una frase pseudo-machista que nos viene muy bien en este contexto: “Vive la différence!” que está en francés, pero que evidentemente significa “¡Viva la diferencia!”, queriendo referirse a las obvias particularidades físicas que nos distinguen a las mujeres de los hombres y que a los hombres ponen bizcos. Hoy en día se utiliza para cualquier cosa, mayormente cuando se ataca al pensamiento único y se alaba el multiculturalismo. Que cada cual utilice la frase como quiera. Yo a lo que aludo es a los valores de todo tipo que poseemos las mujeres, de manera natural, en mayor grado que los hombres, y que podrían aplicarse para intentar hacer un mundo mejor. ¿Cuáles valores? ¿Cómo mejor? ¡A currar, a currar, que no lo voy a dar todo hecho! Ale.
Para acabar, ya que estoy un poquito filosófica, voy a ponerme un poquito más filosófica todavía. ¿Por qué no? Agárrense los machos y sujétense el cerebro, que llega la teoría.
El movimiento feminista se vio forzado a afirmarse en un contexto necesariamente crítico, adoptando un estilo muy polémico. Sin embargo, como resultado de esa crítica substancial, se pusieron en cuestión categorías que, establecidas muchísimo tiempo atrás, habían sustentado las dualidades tradicionales (entre varón y mujer, entre sujeto y objeto, entre lo humano y lo natural, entre cuerpo y espíritu, entre el yo y el otro), lo que nos permite, desde un punto de vista actual, tomar en consideración perspectivas alternativas menos enfrentadas. Las implicaciones intelectuales y sociales de los análisis feministas son tan fundamentales que el pensamiento contemporáneo sólo ahora está empezando a percatarse de su significado.
Ejercicio: desarrollar el párrafo anterior en casa de cada cual y aplicarlo en la vida diaria. Pondré nota.
Pues yo cada vez estoy más harta de eso del feminismo, lo de la igualdad es un timo que hace que las mujeres tengamos, tengan, que salir a trabajar fuera de casa porque no hay machitos capaces de mantenernos como reinas, que es lo que somos.
Yo no trabajo, soy mujer mantenida. Considero que eso de trabajar es de pobres y de tener poca idea a la hora de elegir marido. Hay que buscar maridos que nos mantenga con buenas rentas.
Y si no que le pregunten a las pringadas que se levantan a las 4 de la mañana para limpiar oficinas, ir a mercados de abastos, a ver quién es la que dice: Yo soy feliz.
Lo dicho: que la mujer trabaje es de pobre y que la mujer se empeñe en ser igual, para lo que tienen que ser mejores, que los hombres es de tontas. Prefiero ser lista, aunque me tengan por tonta y que me resuelvan la vida.