Viaje de vuelta a 1961
Vecinos reviven su llegada al barrio durante el visionado del documental.
Enfrentarse al pasado cara a cara siempre deja una sensación agridulce. Como en todo reencuentro, hay alegría y expectación -porque los años mozos se recuerdan dorados aunque fuesen tiempos negros-, pero también una punzada de pena por la conciencia del paso del tiempo y de las cosas perdidas. El documental ‘Ocharcoaga’ (1961) -una pieza de once minutos rescatada por la Filmoteca Vasca y presentada ayer en Zinebi- causó ayer este sentimiento ambiguo en un grupo de personas del barrio.
Los vecinos asistieron a la proyección como quien va a un laboratorio a hacer un experimento. A ver si lo que contaba el filme -un testimonio excepcional que el cineasta Jorge Grau hizo para el Ministerio de Vivienda- se ajustaba a la realidad o era ciencia ficción. Ellos pueden hacer de críticos porque estuvieron allí. Algunos vivieron en los barrios de chabolas que aparecen en el filme y que fueron demolidos por el Ejército para acelerar el traslado a Otxarkoaga. Cristina, a sus 78 años, mira las imágenes de aquellos asentamientos tan pobres, entre ellos Monte Cabras, donde ella residió, y no acaba de sentirse identificada.
«No recuerdo tanta miseria», comenta con el orgullo un poco herido. «Bueno, aunque es verdad que no teníamos agua», admite.
Tanto ella como sus compañeros del patio de butacas no pierden detalle. Una de las partes del cortometraje que más les ensombrece el rostro es la demolición de «las casitas», que ellos se resisten a llamar chabolas. «Éramos felices, pero nos avisaron de un día para otro», añaden.
Esta parte del documental interesó mucho a Gumersindo. Él, que se había criado en Irusta, en la zona de La Peña, estaba haciendo la mili en Ceuta cuando las excavadoras terminaron con el escenario de su niñez. «Cuando me lo contaron me llevé una buena ‘temblá’ de llorar», confiesa. Y ayer, 47 años después, pudo ver la acción devastadora de las piquetas. A Antonio, a quien esa mudanza precipitada le pilló con 5 años, también le dio pena dejar el único universo que conocía: «Tuvimos que deshacernos de las cabras».
Así que el traslado a Otxarkoaga -un barrio levantado de la nada y mal acabado- no fue todo jolgorio. Sin embargo, sus primeros habitantes aseguran que una vez allí se sintieron muy a gusto, porque por fin tenían «el piso», que en aquella época era la meta de toda familia. «Había un problema muy gordo de vivienda. A mucha gente con hijos no le alquilaban habitaciones… y sólo quedaba la opción de las chabolas», justifica Lorenzo, de 80 años. Él, como el 40% de los primeros habitantes del barrio, no procedía de los poblados. Lorgio y Mari Cruz tampoco, venían de Barakaldo, donde iban de alquiler en alquiler. «Al llegar aquí todos nos ayudábamos, éramos iguales, gente trabajadora», destacan al término del documental, once minutos de viaje al pasado donde reconocieron a algunos vecinos. «¡Sale la del bar ‘Manu’!», se decían unos a otros con entusiasmo.
Buenos dias,
Ayer estuve en el Arriaga en la inauguración de Zinebi 50, para ver la presentacion del cortometraje «Ocharcoaga».
En su presentación, uno de los responsables de la Filmoteca Vasca comentó, que aquellas personas que fueran de Otxarkoaga, no disfrutarian del corto porque sus lagrimas no dejarian verlo entero.
La verdad que fue una sensación agridulce.
Algún familiar mio aparece en el corto y me gustaria saber como puedo conseguir una copia. Estaría muy agradecida si puediera comprar un ejemplar.
Un saludo,
Enara
Hola Enara..
Si las sensaciones fueron agridulces…
El responable de la filmoteca nos comento al salir del acto, que no se va a poner a la venta este documental, pero que si se iba a pasar a formato DVD.
en este web seguimos trabajando para poderlo ofrecer integramente…De todas maneras esperamos en no muchas fechas poderos anunciar alguna cosa sobre este documental y alguna cosa más.
Buenos dias Kerman:
Gracias por tu respuesta, la verdad es que me encantaria coseguir una copia del corto, en DVD o como sea.
Seguiré visitando la página web de Otxarkoaga, mi abuelo sigue viviendo alli. Y alli tengo muchos recuerdos de mi infancia.
Un fuerte abrazo,