Homenaje a MIKEL LABOA

Euskera sé lo justo. Lo entiendo cuando el hablante no va muy rápido o no es de Lekeitio (se pronuncia “Likicho”). Lo hablo con mucho cuidado y no pocos tropezones. Y lo leo muy despacito. Vamos, que me manejo lo mínimo como para no considerarme analfabeta. Me gusta saber euskera, aunque sea lo justo.

Hoy acabo de leer algo que no está en euskera pero que únicamente se entiende si le tienes cariño a la lengua vasca: “Muere Mikel Laboa”. Se me ha hecho un nudo de amor en la garganta. Desde mis dentros más profundos, entre el pecho y el útero, siento como globitos de colores tristes y brillantes, riendo y llorando, llorando y riendo a la vez con una voz gangosa y desatada.

Pero hoy no voy a hablar de mí ni de mis complejas relaciones con el euskera, ni voy a recrear las acostumbradas divertidas anécdotas de mi sosa existencia. Porque hoy yo no soy yo sino que estoy llena de Laboa. De lo que me ha dado, de lo que me ha hecho, de cómo ha conformado una parte de mi misma. Nada de “le conocí…”, “le escuché…”, “me pareció…”, nada. Vayamos a la esencia: sus canciones y sus letras.


Mikel Laboa, nuestro artista mundial más local, encontró en el jazz, en el rock, en la música contemporánea, en la raíz popular más radical, en los sonidos de las palabras, en las onomatopeyas, en las sutiles melodías… todo lo que quiso buscar. Mikel Laboa inventó el rap y el hip hop. Tendrían que hacerle un monumento en Nueva York. Mientras esperamos, recordemos algunas de sus canciones:

Goizuetan

Goizuetan bada gizon bat

En Goizueta hay un hombre

deitzen zaio “trabuko”.

al que llaman “Trabuco”.

Itzak ederrak bihotza paltso

Palabras hermosas, corazón tranquilo

sekula etzaio faltako.

no le faltarán nunca.

Egin dituen dilijentziak

De las cosas que ha hecho

berari zaizko damuko

se va a arrepentir

De esta canción me admira el poderosísimo principio, con su voz alargando la “e” de “Goizueeeetan” hasta taladrarte el oído. Me agrada también la palabra trabuko, por su sonoridad, y “dilijentziak”, que yo creía que significaba diligencia, la de los vaqueros, y no “cosas que hacer, diligencias”.

Haika mutil

Haika mutil, jeiki hadi

Levántate muchacho, ponte de pie

argia den mira hadi

si hay luz mira con atención

Bai, nausia, argia da,

Si, jefe, hay luz

gur oilarra kanpoan da

nuestro gallo está afuera

Este tema popular tiene una melodía folkie, repetitiva, que resulta muy agradable y que nunca cansa. A los que no la entendíamos bien nos parecía revolucionaria: “Levántate”, como diciendo, “despierta, ya es hora, hay que luchar”, cuando en realidad se trata de un pesado de baserritarra dando instrucciones sin fin al muchacho.

Ituringo arotza

Ituringo arotza, Erramun Joakin

Erramun Joakin herrero de Ituren,

haserre omen zaude zeren degun jakin

parece que estás enfadado

Santuek ez laitekez fiatu zurekin

porque los santos no se fían de tí

San Kritobal urtuta joaliak egin

por haber fundido a San Cristóbal para hacer cencerros

Otra melodía popular basada en un juicio acontecido en el siglo XVIII en un pueblito de Navarra. Este es el tipo de musica elemental que usan los bertsolaris en sus improvisaciones. ¿Por qué me gusta? Forma parte de mis genes juveniles, muy rítmica, muy de pasear por la Gran Vía moviendo la cabeza, haciéndote la loca.

Oi pello pello

Oi! Pello Pello logale nauk eta

¡Oh! Pello Pello, tengo sueño

jinen niza ohera?

¿iré a dormir?

Irun ezan eta gero gero gero

Hila y… luego, luego, luego

irun ezan eta gero gero bai

Hila y… luego, luego sí

Aquí tenemos a otro jauntxo de baserri llamado Pello que se dedica a explotar inmisericordemente a una mujer. La obliga a hilar, cortar madera, ovillar, coser… hasta que se hace de día y ya se ha pasado la hora de dormir. Explotaciones aparte, esta canción popular se ha hecho tan famosa que la canta gente como Loquillo y Andrés Calamaro. Que nos les engañen a ustedes, escúchenla en la voz de Mikel Laboa y sabrán lo que es una canción de verdad, una canción eterna, triste y sentimental, con la queja de una mujer cansada y aburrida. ¿Feminista Mikel Laboa? Entre otros miles de cosas…

Txoria txori

Hegoak ebaki banizkio

Si le hubiera cortado las alas

nerea izango zen,

habría sido mío,

ez zuen aldegingo.

no habria escapado

Bainan, honela

Pero así,

ez zen gehiago txoria izango

habría dejado de ser pájaro.

eta nik…

Y yo…

txoria nuen maite.

yo lo que amaba era un pájaro

Esta es, sin discusión, la canción más famosa de Mikel Laboa. Por la letra, por la música, y por su carácter universalmente comprensible. Se trata de ese tipo de canción que sobrevive a su misma fama, como “Lau teilatu”, de Itoiz, o “La chica de ayer” de Nacha Pop. Yo, de todos modos, quizá demasiado femenina, siempre siento un estremecimiento al pensar en alguien cortándole las alas a un pájaro. ¿Será este estremecimiento parte de lo que buscaba Mikel?

Zure begiek

Zure begiek

Tus ojos

ene maitia

mi amada

badute biek

tienen ambos

dirdir eztia.

un brillo especial

Preciosa canción de amor, de letra muy larga y muy dulce, con una melodía de evolución calmada y candorosa, con picos de petición y valles de aceptación. Obsérvese la expresión “dirdir eztia”. “Dirdir” es una exquisita onomatopeya de “brillo”. “Eztia” significa miel. En estas cositas radica la belleza de los idiomas.

Baga biga

Baga, biga, higa,

laga, boga, sega

Zai, zoi, bele

harma, tiro, pun!

Xirristi-mirristi

gerrena plat

Olio zopa

Kikili salda

Urrup edan edo klik

ikimilikiliklik …

Poema onomatopéyico intraducible (arma, tiro, pún… sopa de aceite… caldo de pollo…), con numeración brujeril (baga, biga, higa… en vez de bat, bi, hiru…), que se ha hecho tremendamente conocido a pesar de su contemporánea dificultad, y que le sirvió a Laboa como base para lanzarse por terrenos inexplorados y enormemente gratificantes para él, aunque yo ya no le siguiera tanto… por cuestiones personales, que no por falta de sintonía.

Cuando un francés quiere imitar el idioma castellano suele hacer algo así como “taca taca taca”. Digo yo que el euskera sonará a los extraños como los tantos baga bigas de Laboa: a veces seco, sequísimo, y a veces suave, casi derritiéndose. Mikel Laboa supo extraer como nadie el alma del idioma. En letra y música. Nos ha dejado el regalo de toda una vida dedicada al arte, al gozo, a la experimentación… a la vida.

Y sus ojos se cerraron para mirar adentro. Y nos hizo atisbar algo. Gracias le sean dadas infinitas. ¡Haika mutil!

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