Bilbao amplía su perspectiva

Para dibujar el futuro de una ciudad se necesita espacio, ideas y tiempo para madurar los proyectos. En Bilbao no abundan los terrenos libres, pero hay algunos, como Zorrozaurre, que parecen diseñados a la medida de la imaginación colectiva. El debate sobre los planes de regeneración y los asuntos urbanísticos más cotidianos se enriquecerá con nuevos puntos de vista a partir de hoy.

El Consejo Asesor de Planeamiento celebra esta tarde su primera reunión con 19 vocales que representan a partidos políticos y asociaciones. Entre otras opiniones, se escuchará a quienes ven la ciudad desde su barrio, a través de un escaparate, con la mirada puesta en el medio ambiente o en sortear las barreras arquitectónicas con las que se encuentran en las calles.

CLAUDIO SÁNCHEZ

Asoc. Goiuri de Zurbaranbarri

«Que al menos escuchen nuestra voz»

Claudio Sánchez está acostumbrado a mirar la ciudad desde arriba. Vivía en las faldas de Artxanda, «debajo de la cantera, en un barrio que derribaron en 1961. De allí pasé a Otxarkoaga y cuando me casé me fui a vivir a Zurbaranbarri». Quizá por estar tan alto -«donde yo vivo me despiertan los pájaros»- tiene los pies en el suelo. En el consejo asesor pondrá voz junto a los representantes de Deusto y Otxarkoaga -los barrios irán rotando- «al conjunto de las asociaciones vecinales, así que estaremos en contacto con todas ellas. Lo bueno es que al menos escuchen nuestra voz, aunque en las votaciones nos echen para atrás», dice con un punto de escepticismo. A su juicio, lo primero que hay que hacer al diseñar zonas como Olabeaga o Zorrozaurre «es hablar con los vecinos, porque son los que viven allí, y hacen aportaciones distintas a las de los técnicos». Él lleva «veintitantos años» en la asociación Goiuri, «la que más socios tiene del distrito de Uribarri», y se ha ganado la fama de peleón. «A veces me dicen ‘Claudio, deja de protestar’, pero pido cosas que se necesitan, no por capricho». Por ejemplo, «aparcamientos grandes y en condiciones» junto a las estaciones de metro y un transporte público «ágil y barato, con billete único». O la «renovación integral» de los barrios altos que se construyeron apresuradamente en los años sesenta, aunque es consciente de que para eso «habrá que gastar mucho dinero. Sabemos que el Ayuntamiento no puede actuar a gusto de todos, pero debe cuidar más la participación ciudadana», concluye.

ANA OSUNA

Coordinadora de proyectos Fekoor

«Todos podemos tener problemas de movilidad»

Las barreras arquitectónicas no sólo frenan a las personas discapacitadas sino al conjunto de la sociedad, porque «todos, cuando nos hagamos mayores o en cualquier momento de nuestra vida, podemos tener una movilidad reducida». Este es el mensaje que llevará al consejo asesor Ana Osuna, coordinadora de proyectos de la Federación Coordinadora de Personas con Discapacidad Física de Vizcaya (Fekoor). Cuando se recorre cualquier ciudad desde esta perspectiva, se ven «todos los defectos. Te das cuenta del escalón, los coches mal aparcados, las aceras sin rebajes…». En Bilbao «se han dado pasos importantes», como la ordenanza para facilitar la instalación de ascensores, pero «quedan muchas cosas por hacer», afirma. Aunque las zonas de expansión de la ciudad se han diseñado «con criterio», «el ascensor de las torres de Isozaki no se acaba de poner en marcha, y los del puente de Deusto, como los del metro, a veces no funcionan». La «accesibilidad universal» es compatible con el urbanismo de marca y no exige grandes inversiones. Es cuestión de mentalidad y de hacer «calles más anchas, rebajes de aceras…». Un camino en el que van por delante los países del norte de Europa y, en España, Cataluña. Osuna acude al consejo «con ganas de trabajar, aunque somos conscientes de que es un órgano consultivo. Esperamos que se tengan en cuenta nuestras aportaciones».

JON ZARATE

Gerente de Bilbao Dendak

«No debemos hacer zonas dormitorio»

El urbanismo tiene mucho de escaparate y las tiendas forman parte del paisaje urbano. «El diseño de la ciudad debe tener en cuenta criterios comerciales, una de las actividades más importantes», sostiene el gerente de Bilbao Dendak. Son demandas que, a simple vista, suscribirían muchos ciudadanos: «accesibilidad, movilidad, facilidades de aparcamiento…» y la peatonalización de calles, «si se elige bien la zona y se valoran las repercusiones en las calles contiguas y el tráfico del entorno».

Otra de las inquietudes del sector es más específica, «que se dé solución a los problemas de carga y descarga en toda la ciudad». Jon Zarate cree que Bilbao cuida sus zonas comerciales y en los últimos años «se han hecho mejoras, tanto en el centro como en los barrios». A la hora de planificar los nuevos escenarios, imagina espacios «vivos, con actividades empresariales, para no hacer zonas dormitorio». Miribilla es un ejemplo de cómo empieza a desarrollarse el comercio «de proximidad». El responsable de Bilbao Dendak espera encontrar en el consejo asesor «un punto de encuentro» entre el Ayuntamiento y diferentes colectivos para mejorar la participación ciudadana «en temas de trascendencia», el marco que se pone al comercio y al resto de las actividades urbanas.

JUAN PALLARÉS

Ekologistak Martxan

«Hay que poner dificultades al tráfico»

o que van a destrozar en el Bolintxu, el valle por el que pasará la ‘Supersur’».

«Somos un poco escépticos por la experiencia del consejo de Medio Ambiente», confiesa Juan Pallarés. Aquel foro, que empezó a funcionar en Bilbao hace diez años, fue languideciendo «y al final estábamos nosotros solos con los partidos políticos». En el consejo asesor de Urbanismo ha visto un signo esperanzador, «han mandado la documentación con tiempo», que le indica que esta vez puede haber más recorrido. Además, «es una exigencia legal». Cree que con las obras del nuevo Bilbao, «además de levantar edificios llamativos, se está agrandando la distancia entre los barrios y el centro».

Su modelo de ciudad es diferente. Prefiere «gestionar lo que ya existe y reconstruir lo construido» antes que colonizar nuevos espacios y echa en falta «una reflexión para evitar la saturación de equipamientos». En el casco urbano apuesta por «dificultar el acceso del tráfico al centro, aunque fastidie a algunas personas» y por crear rutas de carriles para bicicletas «que sirvan como vías de comunicación y no sean un puro adorno». Y en los espacios naturales del entorno de la villa, como Artxanda y el Pagasarri, reclama «un cinturón verde que regenere y conserve sus valores y los proteja de impactos».