METRO
MINUTO DE SILENCIO
Ya no sé si es Metro o centímetro. Creo que no es lo fundamental, aunque a veces los detalles son importantes, pero en ocasiones, cuando utilizamos los detalles como puñales nos convertimos en material autodestructivo. El caso es que el nuevo Metro o centímetro estará en pocos años en Otxarkoaga y tiene que notarse para bien. Nuestro barrio dejará de ser un barrio de término. Seguirá estando en la ladera, en la esquina de Bilbao, en plena naturaleza, a veces con su silencio y a veces con sus gritos. Pero estará un poco más de paso, podrán venir más visitantes. No hay duda de que si el comercio se desanima y se crean leyendas urbanas sobre incivilidad en el barrio, el futuro no es positivo. Tampoco hay duda de que si se realizan esfuerzos para mejorar la calidad de la convivencia, los comercios, los servicios, las relaciones humanas, el futuro es prometedor e invitará a personas de sentido común a que se queden, a que convivan en el barrio. Hace falta revitalizar el barrio, sí, pero no es una cuestión de metros.<
El metro no sólo tiene aspectos positivos. Allá por donde pasa el precio de las viviendas aumenta.
Exacto…
Pero siempre en campaña electoral se habla de metro…..es que no se, para mi que es un aspecto que vende mucho y llevamos muchos años hablando de el…
Demasiados años diría yo. En las elecciones autonómicas de 2005 recibí en mi casa un folleto enviado por el PNV del distrito en el que se hablaba del inminente inicio de las obras de la línea 3 del metro; obras que durarían unos 3 años. Pues bien, estamos en 2009 y todavía no hay empresa adjudicataria de las obras.
Ahora parece que va a cambiar el Gobierno Vasco y va a entrar el PSE-EE a gobernar. Me juego lo que sea a que van a rediseñar la línea 3, con los retrasos que ello va a suponer. Y como no creo que vaya a durar mucho en el cargo (porque, voy a ser franco, aunque seguro que es una estupenda persona a la hora de tomarse algo por ahí, no lo veo capacitado ni con equipo para el cargo), volverán «los otros», y vuelta a empezar.
Vivimos en una campaña electoral constante.