Obras acabadas: Calles Mendipe, Urgozo, Pablo Zamarripa, Cocherito y Ribera, cubrición de zona deportiva Las Piedritas, plaza Conde Aresti, locales para usos cívicos en la antigua iglesia de Otxarkoaga, centro de documentación sobre Derechos Humanos de Unesco Etxea, aparcamiento de Rekalde
Las calles de Bilbao se han sumergido en un mar de zanjas con las obras financiadas por el Ayuntamiento y las del Fondo de Inversión Local. Tras pisar el acelerador durante el verano, aprovechando el buen tiempo y el descenso del tráfico, llega el momento de asomarse a las aceras para hacer balance. Una de cada tres actuaciones del Plan E ya está terminada o a falta de algunos retoques, según ha informado la responsable de la coordinación general del programa, Olga Díaz de Tuesta.
Nunca hay que perder de vista el calendario, pero en los 59 proyectos sufragados por el Gobierno central tiene un valor añadido. Una de las condiciones del plan es que, si alguno de ellos se prolonga más allá de 2009, será el Ayuntamiento el que tenga que abonar las últimas certificaciones. De momento, «va todo en plazo», asegura Díaz de Tuesta, y «por el grado de avance de las obras» no se esperan retrasos.
Son actuaciones discretas que resuelven problemas cotidianos. Como la primera que terminó, la urbanización de la calle Urgozo, en Olabeaga, que antes estaba dividida en dos tramos separados por un fuerte desnivel. El alcalde la inauguró el 17 de julio y también ha presentado públicamente el cubrimiento de la plaza de las Piedritas, en Uribarri, y el parking de Rekalde. Otras pasan más desapercibidas para evitar que a la avalancha de zanjas le siga la de inauguraciones.
El área de Alcaldía decide cuáles son las obras que merecen una puesta de largo e invita por deferencia al subdelegado del Gobierno en Vizcaya, Miguel Ángel Fernández, que también recibe convocatorias de otros municipios. Si finalmente se organizan muchos actos públicos, sus agendas echarán humo entre finales de octubre y noviembre, cuando acabarán la mayor parte de los trabajos según las previsiones del área de Obras y Servicios.
En zonas comerciales
Antes de eso, se cerrarán los tajos de Juan de Antxeta y Pedro Astigarraga, en San Ignacio, y acabará la renovación de las áreas comerciales de Castaños y Zorroza, entre otras actuaciones. Los voluminosos carteles que anuncian los proyectos del Plan E por toda la ciudad irán cayendo en cascada, aunque algunos se hacen de rogar y siguen en pie tras la inauguración. A falta de contabilizar los imprevistos, las tres obras que apurarán el plazo del programa y se prolongarán hasta finales de año son las de urbanización de la Gran Vía, Gregorio de la Revilla y avenida Madariaga.
Esta última es, sin discusión, la «más compleja» de todas, según los técnicos municipales. La calle tiene «poca anchura» y se están renovando las redes de saneamiento, que discurren «a cuatro o cinco metros de profundidad». Todo esto en la ruta que más tiendas concentra del barrio del Deusto. Los comerciantes están de acuerdo con el Ayuntamiento en que la obra es «tremenda», y algunos piden rebajas fiscales como compensación. Lo que más les molesta no es el ruido ni el polvo, sino las «pérdidas. Cuando se levantó la calle -con pasarelas que daban acceso a cada establecimiento- «no entraba nadie, ni siquiera se acercaban a ver el escaparate», dice la encargada de un negocio de decoración y regalos. «La gente mayor andaba con miedo».
En la Gran Vía, la intervención resulta más sencilla porque «tiene una anchura importante». El saneamiento no estaba tan deteriorado como se esperaba y sólo hay que renovarlo parcialmente. El dinero que se ahorra permitirá ampliar el ámbito de actuación y renovar toda la calle desde Moyua hasta el Sagrado Corazón. Con un presupuesto de cinco millones de euros, ésta es la gran inversión de un programa que se ha marcado muchas pequeñas metas: como la renovación del alumbrado en Uribarri -con un diseño de farola especial para este distrito- o la remodelación de las escaleras de la calle Medina de Pomar -en Irala- a la altura del número 7, donde «había gente condenada a estar en casa que va a poder salir». Las rampas que se están instalando, como cualquier mejora en la accesibilidad, se siguen muy de cerca en el centro social de personas mayores del barrio, donde reclaman mejoras similares y «vías de entrada para vehículos de emergencia» en las plazuelas situadas entre Kirikiño y Eskurce.
Las demandas vecinales -y del propio Ayuntamiento- están ahora pendientes de la segunda edición del Plan E, que este año ha resultado un balón de oxígeno para las inversiones y cobrará mayor importancia ante el ajuste presupuestario de 2010. Se espera que a Bilbao le correspondan unos 40 millones, aunque no se ha detallado el importe ni los requisitos del programa.
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