NOTICIA EN «EL CORREO»
«Tenían ganas de echarme»
El área de Viviendas Municipales tiene sobre la mesa «tres o cuatro conflictos graves de convivencia» en sus pisos sociales. Como en cualquier comunidad, se producen quejas y disputas por diversos asuntos, que abarcan desde el ruido que hacen los inquilinos de las casas hasta el lugar en el que orinan las mascotas. Pero los problemas serios entre vecinos y con la Administración, aquellos que terminan dirimiéndose en las salas de tribunales, no son demasiado comunes.
Uno de estos casos es el de Blanca Beitia, una mujer de 62 años que fue desahuciada hace un mes después de 24 años viviendo en pisos sociales. Tras dos sentencias a favor, el Ayuntamiento decidió desalojarla después de que acumulase impagos de las rentas que ascendían a 800 euros. Los retrasos en los pagos, sin embargo, no fueron el motivo fundamental a la hora de tomar esta drástica decisión. Según fuentes del área, Beitia y algunos de sus 10 hijos habían protagonizado «graves» altercados con algunos vecinos que obligaron a intervenir «en varias ocasiones» a los agentes de la Policía municipal.
Críticas del PP
Beitia, que sufre un 60% de discapacidad y tiene dos hijos a su cargo -uno de ellos en silla de ruedas-, conserva una visión diametralmente opuesta del caso. Admite que se retrasó en los pagos, a los que hizo frente «antes del juicio», pero recalca que ella «nunca» tuvo problemas con la comunidad. Por eso, considera que el Ayuntamiento tenía «ganas» de echarle a pesar de que dispone de un escrito del Defensor del Pueblo en el que subraya que no puede quedar «totalmente ajeno» a su situación familiar y económica y que se pondrá en contacto con Viviendas Municipales.
Al margen del caso de Beitia, el Consistorio también ha abierto un proceso judicial -a instancias de la comunidad de vecinos- contra una madre que vive con sus 3 hijos en un piso. La denuncia fue interpuesta a raíz de las protestas de un vecino que se quejaba del ruido de los niños, pero el área que dirige EB está estudiando la posibilidad de cambiarles de vivienda para evitar el juicio. El otro caso «grave» se localiza en el barrio de Otxarkoaga. Allí, las disputas entre los hijos de dos familias terminaron con un niño de 13 años con el tímpano perforado. Viviendas Municipales ha iniciado ya el proceso para desahuciar a la familia de los agresores. Mientras tanto, han recurrido a un cambio de piso urgente para los allegados de la víctima.
En este contexto, el PP de Bilbao considera que casos como el de Blanca Beitia ponen en «entredicho» la función social de Viviendas Municipales. Óscar Fernández estima que este desahucio deja en evidencia una forma de actuar «arbitraria» del área municipal en la que esta mujer ha sido «la pagana» de los «errores» que han podido cometer algunos de sus hijos.
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