NOTICIA EN EL DEIA
Como en Bilbao, en ningún sitio
"En ningún sitio como en casa", suspiraba Dorothy para volver desde Oz hasta su querida Kansas. Algo similar deben pensar los bilbainos, que en su inmensa mayoría no estarían dispuestos a mudarse a otro lugar aunque pudieran. Los vecinos están más que satisfechos con la calidad de vida que les ofrece Bilbao; valoran especialmente el transporte público y la cercanía de los centros de salud, aunque se quejan de la falta de aparcamientos y el intenso tráfico.
El Ayuntamiento acaba de publicar los primeros resultados del Observatorio Urbano de Barrios de Bilbao, que incluye tanto datos censales de la población como un estudio sociológico realizado por la Universidad de Deusto sobre la calidad de vida en la capital vizcaina. Se ha investigado el grado de satisfacción o malestar de los vecinos, en cada uno de los barrios, respecto a aspectos como las dotaciones equipamentales, el transporte, la limpieza o la seguridad.
La pregunta clave es, ¿están contentos los bilbainos con su calidad de vida? A tenor de los resultados del estudio, sí. El autor del estudio, el sociólogo Jon Leonardo, define a Bilbao como "una ciudad equilibrada, con problemas puntuales y con un alto grado de satisfacción por parte de sus ciudadanos". Los datos lo corroboran; los vecinos de Bilbao otorgan una puntuación de 6,44 (sobre 10) a la calidad de vida que disfrutan en su barrio, "una nota muy alta", destaca Leonardo. Y, lo más importante, aunque hay diferencias significativas entre los distritos, esa satisfacción se percibe en todos. Los vecinos que más contentos están son los de Abando e Indautxu y los deustoarras de San Pedro y la Ribera -califican de notable su calidad de vida-; los que menos, los de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala, el único barrio que se queda a cinco décimas escasas de aprobar.
En consecuencia, son muy pocos los bilbainos que quieren mudarse; tres de cada cuatro aseguran que no se irían a vivir a otro lugar ni aunque pudieran. "Aunque los motivos que influyen en la decisión de quedarse o marcharse de un lugar determina son múltiples, esta pregunta constituye un indicador que complementa el grado de satisfacción en el barrio, permite representar el grado de vinculación y apego al área", explica Leonardo. ¿Por qué? En general los bilbainos están satisfechos tanto del nivel de equipamientos y servicios de su barrio como de sus aspectos más sociales, como el hecho de que sean calles tranquilas y seguras, o se lleven bien con los vecinos. En concreto, lo que más valoran es el transporte público, la cercanía de los centros de salud, la limpieza y el cuidado de las calles, y el buen ambiente que reina en su entorno.
En el lado contrario, los aspectos que menos les gustan, hay un ámbito del que se quejan todos los vecinos: la falta de aparcamientos. Es el principal problema en todos los barrios -a excepción de Olabeaga y Zorrotza, donde se quejan sobre todo de malos olores-, a mucha distancia de los siguientes. No obstante, Leonardo hace un puntualización. "Cuando hablan de falta de aparcamientos, de lo que se están quejando es de que no pueden dejar el coche delante de su casa, no de la política de aparcamientos", destaca. A partir de ahí, cada barrio tiene su problemática específica: barreras arquitectónicas en Ibarrekolanda, San Inazio, Elorrieta, Arabella, Zurbaran, Castaños, Ciudad Jardín, Otxarkoaga y Begoña; un transporte público deficiente en La Peña y Txurdinaga; falta de zonas peatonales en Santutxu, Bolueta e Iralabarri; problemas de droga en Arangoiti; la delincuencia en San Pedro y La Ribera de Deusto, Bilbao La Vieja, San Francisco, Zabala, el Casco Viejo, Iturralde, Solokoetxe, Amezola y Rekalde, y la contaminación acústica en San Adrián y Abando. En líneas generales, los problemas de índole arquitectónica, como el ruido o la falta de zonas peatonales, son más comunes en los barrios del centro, mientras que en la periferia predominan las cuestiones sociales. "En Abando, por ejemplo, se quejan del ruido, mientras que están muy satisfechos con su nivel de equipamientos; otros, como Altamira, piden más equipamientos, pero tienen una conciencia muy alta de barrio", indica, a modo de ejemplo, el sociólogo.
¿Ciudad dormitorio? Otro ámbito que se ha analizado en el estudio es qué tipo de relación mantienen con los habitantes de cada barrio. Y, a pesar de la "imparable privatización de las relaciones vecinales", Jon Leonardo sostiene que Bilbao no se ha convertido en una ciudad dormitorio. "En absoluto. Las relaciones vecinales han decaído mucho, es cierto, pero si algo tienen los barrios de Bilbao es un alto concepto de sí mismos, con buen ambiente y a los que la gente se siente a gusto de pertenecer", destaca. Y un dato curioso: el tópico de que los residentes del centro tienen un modo de vida más individualista que los de los barrios periféricos no funciona. Un tercio de los habitantes de Abando mantiene una buena relación con sus vecinos, mientras que en Otxarkoaga o Txurdinaga este tipo de relaciones son prácticamente testimoniales.
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