NOTICIA EN EL DEIA
"Se lo debíamos"
NADIE faltó a la cita. Ni si quiera la lluvia y el viento, que hicieron acto de presencia en Bilbao. Pero ayer en Otxarkoaga sólo había un protagonista, Isaac Torrijos, presidente de la Asociación de Familias de Otxarkoaga, fallecido el pasado 15 de mayo a causa de una enfermedad. Su recuerdo estuvo vivo de nuevo en el centro cívico del barrio bilbaino, donde amigos, vecinos, compañeros y familiares le rindieron un merecido homenaje. "Se lo debíamos por todo lo que ha hecho por el barrio y su gente", sentenció Pablo Herrán, ahora presidente en funciones de la asociación.
Todas las conversaciones se centraban en la misma persona, Torri, como conocían en el barrio a Isaac. El presidente ha dejado huella. Una estela imborrable en el recuerdo de sus allegados que es visible con sólo echar un vistazo a Otxarkoaga. "Luchó mucho por el barrio", dicen miembros de la asociación. Por eso, lo primero que vieron las decenas de personas que se acercaron para recordar a Torri fue un vídeo retrospectivo de lo que fue y es Otxarkoaga hoy en día. Con la primera imagen llegaron también las primeras lágrimas, vertidas por tres de los nietos del homenajeado que no pudieron contener la emoción.
Al fundido en negro de la pantalla le siguió un cariñosos aplauso. "Era un buen hombre", le dijo una de las asistentes a su compañera de asiento. "Muy majo, muy luchador y trabajador", le contestó ella. Y es que, aunque parezcan los tópicos que siempre se dicen cuando alguien se va, en el caso de Torri es una verdad de perogrullo. Sobre todo para sus vecinos de Otxarkoaga, que han visto cómo en 1983 logró que se evitara el desahucio de 200 familias.
El único objetivo del acto organizado ayer por la Asociación de Familias de Otxarkoaga era recordarle. Volver a hablar de Torri casi un mes después de su muerte y agradecerle así toda su lucha. Y la iniciativa, que los organizadores definen como "una actividad diferente para los no creyentes", tuvo más que éxito. En el salón de actos del centro cívico no cabía ni un alfiler. Lleno absoluto. Una auténtica demostración de respeto y admiración.
recuerdos El inconfundible sonido del txistu interpretando el Agur Jaunak abrió paso a otro de los momentos más emotivos del acto, el discurso preparado por la propia asociación. "Ojalá pudiera dar este discurso él, hablaba muy bien", comenzó Cristóbal Ribera. "Nunca se nos olvidará la caña que metía, era el que metía el acelerón. Era tan tremendo cuando veía injusticias que era capaz de decir un montón de burradas, sin insultar jamás, pero a la cara y con sentimiento y, sin embargo, luego repartía muchos abrazos", recordaron. "Siempre fue un luchador, no se rendía tan fácilmente", comentó otra vecina. "Siempre que te veía por la calle se paraba a saludarte y darte dos besos. Era muy agradable", acompañó otra. "Y lo de los desahucios, eso es inolvidable", exclamó una tercera que no era del barrio, pero conoce la historia de Torri.
La sorpresa la dio ayer el político Tasio Erkizia, que fue concejal en el Ayuntamiento de Bilbao desde 1979 hasta 1985. "Torrijo era el exponente y el símbolo de dos ideas básicas: era un inmigrante andaluz que se convirtió en abertzale convencido, que amaba a su pueblo y luchaba por él y, por otro lado, es un símbolo de un luchador que sabía conjugar la lucha institucional con la de los barrios", remarcó.
Otro vídeo recordó las imágenes en las que el presidente estaba en plena reivindicación, pancarta en mano. Torri volvió a la vida durante una hora. Su nombre ya forma parte de la historia de Otxarkoaga
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