Arrestan a un varón con orden de alejamiento acusado de matar a golpes
Una paliza fatal de necesidad a manos, presuntamente, de su pareja, ha acabado con la vida de Amelia Amaya, una joven de 36 años. Se trata de la primera víctima de violencia sexista este año en Euskadi. Este supuesto asesinato machista ha generado la "condena rotunda" del Ayuntamiento de Bilbao, un rechazo al que se han sumado otras instituciones como el Gobierno vasco, que han convocado para hoy a las 11.30 horas una concentración de repulsa en la escalinata del Consistorio. La trágica agresión se produjo en la madrugada del sábado al domingo en el número 8 de la calle Fraternidad del popular barrio de la capital vizcaina.
La Ertzaintza detuvo el domingo al compañero sentimental de Amelia como presunto autor del asesinato, así como a la madre y al hermano de éste como supuestos encubridores de la agresión. Antonio, de 42 años, tenía una orden de alejamiento de la víctima debido a un episodio de malos tratos ocurrido el pasado mes de mayo. Las peleas entre ambos eran constantes, según los vecinos de la pareja, que seguían viviendo juntos con la familia de él en el inmueble donde se produjo la brutal paliza. Además, el supuesto asesino tiene una larga lista de antecedentes policiales. En concreto, según el Departamento de Interior, en el expediente delictivo de este hombre constan 18 arrestos anteriores, principalmente por delitos contra la propiedad.
Los hechos se produjeron sobre las siete de la mañana del domingo. A esa hora una llamada a SOS Deiak alertaba de lo sucedido, aunque los sanitarios que se desplazaron al lugar no pudieron más que certificar el fallecimiento de la mujer, quien presentaba evidentes contusiones en el cuerpo. La autopsia practicada por el Servicio de Patología Forense de Bilbao al cuerpo de la víctima ha dictaminado que Amelia presentaba fracturas en varias costillas, la rotura del bazo, así como una hemorragia interna, posible causa de la muerte. Las pesquisas efectuadas por los investigadores de la Ertzaintza han conducido a la detención de la madre y el hermano del presunto autor de la muerte como posibles encubridores del asesinato. La investigación aún sigue abierta.
El ambiente en el barrio, tras conocer la noticia, iba ayer desde la tristeza a la resignación. Y es que, para muchos, lo sucedido en la madrugada negra del domingo ha sido una muerte anunciada. Según los vecinos de la pareja, que ayer formaban corrillos en la plaza cercana al portal número 8 de la calle Fraternidad, Antonio y Amelia eran muy conocidos por sus constantes peleas en público.
Al parecer, ambos eran consumidores habituales de drogas y los conflictos eran casi diarios. La temperatura de los altercados que protagonizaban eran tal, que la junta de vecinos del inmueble en el que vivían desde hace unos dos años decidió tomar medidas para expulsar a la pareja del bloque. Según uno de los inquilinos, fue la madre del varón, que permanece en dependencias policiales a la espera de ser puesta a disposición judicial, quien impidió el desalojo forzoso de esta pareja: de etnia gitana ella, merchero él.
"Las broncas entre ellos eran constantes, una vez él rompió el cristal del portal con la cabeza de ella. Muchas veces se drogaban en la misma escalera, nos destrozaron los buzones, daban patadas al ascensor. En fin, era una pareja de mucho cuidado". De este modo se expresaba ayer Alberto, uno de los vecinos del inmueble. El día de autos, a Alberto no le sorprendió la presencia de la Ertzaintza en la calle ya que "estamos acostumbrados -dijo- a ver por aquí con frecuencia a la Ertzaintza y a la Policía Municipal por los líos que montan". Sólo se percató de que algo grave había sucedido cuando vio el coche forense y a los investigadores de la Ertzaintza.
"¡Ay cariño qué has hecho!" Pero ante la locuacidad de algunos vecinos, otros optaron por guardar silencio sobre lo sucedido ante el temor de represalias. "Ya lo he dicho, yo sólo soy un vecino más", afirmaba ayer una voz lacónica al otro lado del portero automático. Una vez más, nadie escuchó nada, la violencia machista aún sigue siendo para muchos un asunto privado. Quien sí rompió su silencio fue otra inquilina de la casa, quien afirmó a DEIA que sobre las siete de la mañana escuchó el grito de la madre del agresor. "La señora gritaba: !Ay hijo mío, ay cariño, qué has hecho!". Mientras, el cuerpo de la fallecida yacía sin vida en la cama de la habitación. La muerte de Amelia es la primera que se produce por violencia machista en lo que va de año en Euskadi. Este asesinato se une a los dos que se produjeron el año pasado. El primero de los fallecimientos sucedió el 29 de mayo, cuando un hombre -de etnia gitana- asestó varias cuchilladas a su mujer de 44 años e hirió de gravedad a su hija de 19 en Gernika. El segundo asesinato tuvo lugar en Irun en mayo, cuando la ex pareja de Jasmin Rodríguez la mató en plena calle.
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