¿Emigramos?
Hoy presentamos a un nuevo colaborador, se trata de Andrés López Ibarrondo, sociólogo, profesor con gran experiencia, que quiere dejar constancia de cómo ve los principales problemas de la educación, especialmente en este nuestro barrio.
Quiero preparar el tema de la emigración para trabajarlo con mis alumnos en clase. Por eso, ahora escribo. Lo que salga.
Entre mis alumnos va a haber emigrantes y chicos que han vivido por aquí cerca siempre. Me gustaría mucho que a los primeros este trabajo les sirviera para comprenderse un poco mejor y para que se hagan con herramientas que les permitan mirar al futuro con ganas de ir construyéndoselo, sin dejar de pertenecer a su grupo y sin dejar de integrarse en el nuestro.
A los que han nacido aquí quizás les sirva para conocer mejor a los del primer grupo, para situarles, comparrales con sus padres o sus abuelos (que también fueron emigrantes) y ayudar a que se incorporen sin miedos, reticencias ni sentimientos de superioridad.
Me gustaría mucho poder hacerles partícipes de mi propia experiencia migratoria. Cuando uno se hace mayor sabe que su vida ha sido una continua migración. Quizás esté equivocado, pero pienso que no hay menor distancia entre el Sestao de 1948 y el Bilbao del 2010 que entre Marruecos 2010 y Bilbao 2010. La gran diferencia en el movimiento está en el tiempo. El primer cambio, el mío, ha durado 62 años y el segundo unos días. La brusquedad de este segundo es lo que hay que atajar.
Pero se muy bien, porque ha sido mi experiencia, que la crueldad ha estado debajo de todos aquellos cambios no queridos, obligados por agentes externos (no muy distintos de los que provocan el hambre y la necesidad) y que aquellos cambios que yo he buscado, que yo he querido y controlado (nunca a solas, siempre con iguales) han sido los que han contribuido a mi bienestar.
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