Miércoles de dispersión
Miércoles de dispersión. Cuando se piensa en la educación se descubre que éste es uno de los grandes temas (¿obstáculos?). Dispersión de alumnos, grupos, programas, metodologías, necesidades, herramientas,…
Preparando el ya inmediato trabajo sobre la emigración he tenido que ver (como un trabajo: con papel, lápiz y atención) “Retorno a Hansala”. Bonita película, interesante por el contraste de culturas, lenguas, ilusiones, esperanzas, tristezas, problemas,… con “happy end”.
He leído “El hombre de hojalata”, un precioso cuento de Isabel Allende, con los alumnos de 4º durante dos horas de aula, incluyendo el trabajo que hemos hecho sobre el relato.
Hoy tocaba comer en la escuela, así que he podido charlar sobre la situación de varias alumnas y alumnos: problemas de comprensión del idioma español, de sus capacidades matemáticas, o de sus posibilidades motoras (que también tenemos alumnos en sillas de ruedas).
Y luego reunión de profesores con planteamientos sobre cursos y lecturas interesantes para nuestra formación (que nunca se acaba), con propuestas de analizar los mejores caminos para trabajar las drogodependencias, las tutorías, la supervisión de casos individuales más (aún) problemáticos, o programas informáticos para llevar más al día nuestras observaciones.
Dispersión: ¡qué bonita palabra! (Aún recuerdo aquel “gris” diciéndonos: “se me dispersen en grupos de a uno”). Eran otros tiempos.
Menos mal que a la salida me esperaban una hermosa tarde de otoño, un parque para pasear, Pili y Noa, mi perra.
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