VALERIA
Valeria vive desde hace un tiempo en Ibiza. La semana pasada sufrió un percance en la rodilla, mientras hacía el Camino de Santiago. Así que ha tenido que pasar unos días con nosotros en nuestra casa (aún los está pasando). Hemos hablado, paseado, reído, discutido, hemos visto cine en vídeo, hemos comido juntos,… hemos visto alguno de los lugares turísticos de Bilbao… Y, salvo el acento distinto al nuestro con el que habla su español, nada haría sospechar que se trata de una uruguaya, una "emigrante" (¡qué fea palabra, aunque sirva para describir una situación concreta, específica, que marca la vida de muchas personas). Nada haría sospechar que es "distinta". Llegó a casa un día después del rifirrafe que os contaba entre mis alumnos árabes y vascos. Y no hizo más que confirmar lo que de una forma bien bonita la madre de Kahn le dice a su hijo en una de las películas que vimos juntos este largo fin de semana ("Me llamo Kahn"): "Sólo hay dos clases de personas: las buenas que hacen el bien y las malas que hacen el mal. No hay más clases de personas, ni más divisiones". Por cierto, el lunes por la mañana estuve en la playa, mal que le pese a alguno. Tengo fotos y "testigas"
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