NOTICIA EN «EL CORREO» SOBRE LA HUELGA DE BILBOBUS
Los huérfanos de Bilbobus
Una semana de huelga indefinida después de tres martes consecutivos de paros está agotando la paciencia de los usuarios de los autobuses urbanos en Bilbao. Entre los damnificados destacan trabajadores sin carné de conducir, madres -o padres- que empujan cochecitos, lesionados de todo tipo, personas mayores en general y abuelas trabajadoras en particular. Pero los efectos de tener un tercio de la frecuencia habitual de autobuses se dejan sentir especialmente en los barrios altos que rodean el botxo.
En un Bilbao con un metro en expansión y opciones de transporte público como el tranvía o el tren de cercanías, Bilbobus queda como un servicio en declive. Su principal razón de ser es conectar el centro de la villa con los distritos más alejados, especialmente los que carecen de alternativas.
Según el decreto del Gobierno vasco la prestación mínima es del 30%, úno de cada tres autobuses. Pero esa proporción varía ostensiblemente según líneas. Las que cruzan la ciudad o conectan los barrios más populosos mantienen frecuencias cercanas a los 20 minutos o se ven reforzadas en horas punta. Es el caso de Otxarkoaga, Rekalde o La Peña, donde los servicios mínimos pasan del 50%.
En la otra cara de la moneda hay líneas que han visto reducida su frecuencia a casi el 10%. En Arangoiti, Uribarri o San Adrian, desde el martes sólo pasa un autobús cada hora y en algunos casos cada hora y media. Sus usuarios carecen de alternativas de transporte público y es aquí donde Bilbobus se convierte en un servicio de primera necesidad. A sus vecinos la huelga se les está haciendo muy cuesta arriba.
Mari Cruz y Conchi Otxarkoaga
«Un trayecto de una hora hoy puede llevarnos toda la tarde»
Los servicios mínimos han sido especialmente sensibles a las necesidades de Otxarkoaga. Desde que comenzó la huelga, la línea 03 que conecta el barrio con Abando mantiene frecuencias de 20 minutos, que incluso se reducen a 10 en horas punta, y la 38, que llega al hospital de Basurto, pasa cada 30 minutos o cada hora, según el momento del día. Bien es verdad que se trata de uno de los barrios más populosos de la ciudad y que la falta de alternativas hace que incluso unos servicios mínimos reforzados sean insuficientes para dar cobertura a sus casi 12.000 vecinos.
Las colas en las marquesinas son continuas y la reducción del servicio provoca situaciones como la de Conchi. Vive en Rekalde pero acude frecuentemente a Otxarkoaga a ver a su madre Mari Cruz. El viaje, empujando el cochecito de su hijo y con transbordo en El Arenal incluido, suele llevarle una hora que estos días puede ser interminable: «Ayer me tocó esperar bastante para hacer el trasbordo, y si encima el autobús que viene es de escaleras o está muy lleno, tengo que esperar al siguiente. El trayecto puede durar toda la tarde», lamenta.
SERVICIOS MÍNIMOS
Líneas reforzadas.
03. Otxarkoaga-Plaza Circular. Es la menos reducida por la huelga: cada 20 minutos y cada 10 en horas punta. Transporta al año 1.561.000 viajeros.
56. La Peña-Jesusen Bihotza. Frecuencias de 25 minutos que se reducen a 15 en horas punta. Con 1.808.000 viajeros anuales, es la segunda más utilizada de la ciudad.
77. Peñascal-Mina del Morro. La línea que más viajeros transporta -1.870.000 en 2009- mantiene frecuencias entre los 20 y los 45 minutos según el momento del día.
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