SE ACABA LA HUELGA EN BILBOBUS
NOTICIA EN EL CORREO
Ya es oficial. La huelga de Bilbobus, que durante 17 jornadas ha causado molestias a unas 85.000 personas, ha sido finalmente desconvocada. Veolia, la última parte discrepante, aceptó anoche la propuesta de acuerdo del mediador Iñaki Eguskizaga y así se lo hizo saber tanto a él como al comité de empresa. Esto supone la desconvocatoria de la huelga y la vuelta a la normalidad desde hoy mismo del servicio de Bilbobus. La operadora francesa, a través de un comunicado, «lamenta las molestias que el conflicto ha causado a nuestros usuarios y se felicita por poder volver a prestar el servicio con la normalidad y calidad de siempre».
El laudo del mediador recibió por la mañana el visto bueno de la plantilla, pero siguió siendo mal visto por la dirección de Veolia hasta última hora de la noche. ¿Qué motivó su radical cambio de actitud? A falta de que la operadora francesa lo argumente, surgen dos términos para contextualizar su marcha atrás: aislamiento y presiones políticas.
Desde el Comité, han explicado que no se encuentran satisfechos ante la forma en la que se ha resuelto el conflicto, que "nos gustaría se hubiese desarrollado con una negociación", aunque han afirmado que prefieren "una mala mediación que una buena imposición".
Tanto Veolia Bilbao como el Comité de Empresa han lamentado la molestias que el conflicto ha causado en los usuarios del servicio de Bilbobus.
Eguskizaga dio a conocer sus conclusiones el pasado lunes. La representación sindical de los huelguistas la analizó el martes con discreción y convocó para el día siguiente una asamblea general, que ha respaldado las propuestas del mediador con 302 votos a favor, 80 en contra, un nulo y siete abstenciones. La compañía fue menos reservada. Desde el martes y hasta las 22.00 horas de ayer, mantuvo su firme oposición a uno los puntos del plan, el que hacía referencia a la subida salarial de los trabajadores.
Los capítulos restantes entraban dentro de lo que juzgaba posible para firmar la paz, pero el protocolo de resolución del conflicto impedía un pacto a medias. Todo o nada. Así que durante más de 35 horas esgrimió su 'no', acompañado de un emplazamiento a Eguskizaga para reabrir los contactos. En la atmósfera que se respiraba en las oficinas de Veolia, flotaban las cansadas quejas de los usuarios y las duras críticas del equipo de gobierno, con Iñaki Azkuna a la cabeza.
El alcalde, que ya el martes instó a la concesionaria del servicio urbano de autobuses a acatar la resolución, volvió a exigir ayer «seriedad» a las empresas que trabajan con el Ayuntamiento: «Cuando se pide un abogado mediador, se hace con el espíritu de aceptar su veredicto», indicó en un mensaje colgado en su perfil de Facebook. Y así llegó la rectificación de la dirección de la empresa, que al filo de la medianoche tenía intención de comunicarla al comité para desconvocar cuanto antes la huelga indefinida.
Sin tiempo material
No hubo tiempo. De hecho, fue este periódico quien dio a conocer la noticia al presidente del órgano sindical de Bilbobus, Pedro Angulo, que durante toda la jornada no había parado de calificar el arreglo como «muy blando y a favor de la compañía». En su opinión, la subida salarial del IPC+1,5% «es un cortapega a la baja de otros convenios del sector». Desde su perspectiva, «no llega a cumplir el 50% de los 14 puntos por los que comenzamos la huelga». Con todo, y aunque «no nos gusta ni pizca», aceptaron el plan en un intento de «demostrar más responsabilidad con los usuarios que el Ayuntamiento y Veolia». Y, en cualquier caso, dejó clara una advertencia que seguro también influyó en el cambio de actitud de Veolia. «La mediación ha terminado -afirmó tajante-. Nosotros hemos aceptado la propuesta y no estamos dispuestos a seguir negociando indefinidamente hasta que la empresa consiga todo lo que quiere».
Solo Comisiones Obreras, el segundo sindicato con más representación en Bilbobus, se posicionó en contra del plan de Eguskizaga. Su portavoz, Aitor Bilbao, justificó así la negativa: «La mediación no ha reflejado en ningún momento el problema del mantenimiento de la flota, que para nosotros es vital». Además, criticó la «imprecisión» del laudo en asuntos como las horas extras acumuladas o la equiparación de los trabajadores al 85% y destacó su disconformidad con la duración del convenio, prevista hasta el 31 de julio de 2011.
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