URTE BERRI ON
Estoy pasando un par de días casi solo. El mundo, la gente (vosotros) (y el ordenador) que me he traído conmigo a Santoña hacen que mi soledad no sea completa. Afortunadamente. Para unos días, la situación es ideal (o casi). Las tareas de la casa, del comer,… me quitan muy poco tiempo. El resto, leo, veo cine, escribo, pienso, paseo, me pienso. Es la traducción laica de unos sabrosos ejercicios espirituales. Ese tiempo dedicado a uno mismo, que tan difícil es sacar en Bilbao. Materiales: estoy leyendo a Bucay (uno de esos libros de autoayuda que, sin conocer, siempre he menospreciado y que me está haciendo cambiar de opinión) a Mendoza (Riña de gatos) que parece que empieza a engancharme, aunque ya han trascurrido demasiadas páginas; estoy volviendo a ver un cine maravilloso (¡ganas tenía!, ¡tiempo he tardado!): “Los 400 golpes”, “Casablanca”, “Tres colores: azul”. Y sol, playa, mar, aire libre. Me he traído la cabeza y los sentimientos (y los sentidos), y también los he usado. Además he escrito la “segunda parte” de mi último cuento (“Saltarás), que ya os lo copiaré. Sólo me hubiera faltado papel y boli. Sí, creo que hubiera escrito mejor que con este cacharro. Pero no os hubiera llegado. Así están trascurriendo mis últimos días de este año. Mañana me vuelvo a Bilbao. Y ya no escribiré más hasta el año que viene, así que esta es mi última oportunidad de mandaros mis mejores deseos para el 2011. Urte berri on.
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