Escaparates de lujo para artistas locales
La fotografía 'Otxarkoaga' es el reflejo del uso de determinada escultura monumental. En este caso alude a un monumento que hicieron unos vecinos del barrio bilbaíno con bustos de Marx y Lenin. «Me interesó que un grupo amateur, en un momento del declive de una ideología, decidiera levantar un monumento. Mi interpretación es sobre cómo hay un catálogo de representaciones que se emplean en escultura incluso los aficionados».
Ell arte guipuzcoano tendrá este mes una importante sucursal en Madrid. El miércoles de la semana que viene, el artista Asier Mendizabal (Ordizia, 1973) inaugurará una exposición en el Museo Reina Sofía donde reincide en uno de los ejes de su trabajo, el signo fuera de su contexto habitual. Además, durante la segunda quincena del mes, la capital se convierte en un referente artístico al celebrarse la feria ARCO, que en esta ocasión volverá a contar con presencia donostiarra porque la galería Altxerri, después de un año de ausencia, vuelve a participar en ella. De forma paralela, en JustMad, feria donde los protagonistas son los artistas emergentes, repite Arteko.
Asier Mendizabal se encuentra en pleno montaje de la exposición del Reina Sofía. Explica que se trata de una muestra de formato medio. «Lo que intento es recoger trabajos ya hechos, de dos o tres años, reorganizarlos en un contexto diferente. Para la ocasión he añadido dos nuevas obras específicas que sirven para contextualizar las anteriores. Es una forma bastante cómoda de no dar nunca por cerrados los trabajos, volver a poner en juego algunos elementos que, con el añadido de otros, se reorganizan».
El artista ordiziarra, que en noviembre del año pasado recibió el premio Ojo Crítico de Radio Nacional, no es un habitual en las exposiciones individuales, no fue hasta enero de 2008 cuando por primera vez acometió en solitario una muestra en el Macba de Barcelona. Antes había participado en varias colectivas, entre ellas Manifesta 5 que se celebró en San Sebastián en 2004. En 2009 fue uno de los ganadores del premio Gure Artea que concede el Gobierno Vasco y el año pasado realizó su primera exposición en el extranjero, en Lisboa. Para septiembre de este año tiene prevista una en Londres que le va a llevar «a trabajar intensamente en los próximos meses».
En esta ocasión, a través de fotografías y collages, Mendizabal habla «sobre la dificultad de representación de forma genérica de lo común, de lo colectivo. Siempre hay referencias concretas que se han ido convocando en mi trabajo como un tipo determinado de cine: documentos, la música punk en algún momento, las culturas juveniles, las identidades nacionales. Son elementos que me sirven para hablar de la dificultad de representación. Al final, el objetivo es indagar en lo que yo llamo la condición material del signo. Todo el lenguaje tiene que confiar en una serie de convicciones, en representaciones que son materiales, pero siempre dicen un poco más o un poco menos de lo que deseamos. Hay que confiar en dichas representaciones que no son exactas. Quiero intentar descolocar esa postura, que no se dé nada por hecho en lo que nos define y representa».
Aunque se ha hablado del carácter político de su trabajo, él asegura que «no hay una voluntad de análisis ni de crear una hipótesis interpretativa desde la sociología o la ideología política. El propio campo del arte es un intento de hacer con las formas, lo que éstas hacen por su cuenta. Sacarlas de la interpretación a la que están sometidas y mostrarlas como algo nuevo».
Después de hablar de las bases conceptuales de su trabajo, Mendizabal pasa a explicar qué presenta en esta ocasión en el Reina Sofía. Hay dos ejes para articular unas ideas en torno a la representación de la identidad a través de la tradición cultural. Los dos elementos que pone en conflicto son por un lado una tradición de escultura formalista y moderna, y por otro la fotografía etnográfica, la representación de las particularidades de la cultura o de un pueblo a través de cómo se elaboran dichas imágenes. En este último caso «la idea es documentar la tradición a través de un medio científico y objetivo, pero que al final no lo es. Hay una serie de alusiones a Sigfrido Koch y a una tipología de fotografía, que representaba ambientes rurales y pesqueros, que tiene que ver con una categoría que era muy empleada en todo Occidente en un momento, que es la de fotografiar lo representativo de lo popular. Al contrario de la tradición de la escultura que simbólicamente crea los signos por los que se vincula una comunidad, esto pretendería ser la forma objetiva de representar las diferencias. Lo que vemos es que están tan construidas la una como la otra y ese documento está absolutamente elaborado. Esto es muy fácil de ver en la forma en las fotografías de Koch que articulan esa diferencia a través de un estilo muy particular con colores muy pictóricos. El estilo acaba convirtiéndose casi en la esencia. Esas fotografías etnográficas parecen que son el estilo natural de aquel contexto de los años 70 y 80. La técnica se acaba convirtiendo en símbolo».
En la muestra también hay collages donde están replicados algunos de los más representativos de las vanguardias históricas en diferente contextos como la Rusia soviética, la Italia fascista…, además de algunos de Nicolás Lekuona. «En todos hay iconografías constantes. Propongo una reflexión sobre por qué en contextos diferentes, personas tan distintas y en un momento tan determinado recurrían a las mismas metáforas como fotografías deportivas, de guerra o erótica. Recurrían a los mismos signos».
Volver a las ferias
Después de una experiencia catastrófica en ARCO de 2009 donde Altxerri tuvo importantes pérdidas, la galería decidió no asistir a ninguna feria en 2010. Este año vuelven a estar presentes, aunque de forma más modesta. Juan Ignacio Velilla, director del espacio donostiarra, explica que «ahora volvemos pero no al programa general sino al Espacio 40, que es más pequeño. Vamos a llevar a Carmen Calvo, Eva Loots y Pamen Pereira».
En Espacio 40, ARCO pide que el stand tenga un guión, que lo expuesto tenga cierta coherencia. «Hemos presentado a tres mujeres que utilizan técnicas poco convencionales, con materiales muy distintos. Carmen Calvo con la fotografía intervenida, que luego manipula y a la que añade elementos como clavos. Eva Loots siempre ha apostado por lo más novedoso, vamos a cubrir las paredes de plástico y las va a pintar. Por su parte, Pereira trabaja con materiales que pueden parecer extraños para el mundo del arte como chocolate, pieles o humo. Vamos a llevar una obra de raíces vegetales y una pieza hecha con pan de oro. Son tres mujeres, tres miradas, tres iconografías».
Después de la buena experiencia del año pasado, Arteko -que la revista AD acaba de definir como «una de las galerías emergentes en el trapecio sin red»- vuelve a participar en JustMad, la feria de arte contemporáneo más actual y joven, con dos artistas que, como explica la responsable del establecimiento, Cristina de la Iglesia, «son dos artistas que se complementan Iván Gómez (Irun, 1984) e Ibon Mainar (Donostia, 1978)». El primero se presenta 'Prometer el infinito', mientras que el segundo lleva 'Outside videoprojections'. «Los dos parten de una base fílmica, revisan el origen, pero de forma diferente». También proyectará, fuera del recinto, una película de Iván Gómez titulada 'Lo más difícil'. Además, en el nuevo proyecto de esta feria, MetroSound, la galería presentará una obra sonora deSuso Sainz en la estación del Retiro.
Últimos comentarios