El Ayuntamiento ha transformado ya tres iglesias en espacios culturales

DEIA

La transformación de iglesias abandonadas para el culto en equipamientos de efervescente actividad cultural se ha convertido en una práctica habitual en la ciudad. En 1997, el templo de La Merced abría sus puertas como la sala de conciertos Bilborock y en 2005 la del Corazón de María, en San Francisco, hacía lo propio reconvertida en museo de reproducciones artísticas. Ahora la iglesia de Otxarkoaga se convertirá en un centro de innovación artística.

Hace ya casi tres años, un domingo 8 de junio, se celebraba la misa de despedida de la iglesia Santísimo Nombre de María de Otxarkoaga, situada encima de la plaza del mercado, detrás del centro cívico. La parroquia, fundada en 1963, cerraba definitivamente sus puertas como templo de culto.

El Ayuntamiento y el Obispado alcanzaron un acuerdo sobre diferentes inmuebles que la Iglesia venía usando pero que seguían manteniendo la titularidad municipal. Así, a partir de ese momento, la propiedad, de 800 metros cuadrados, pasó a estar gestionada por el Consistorio. El Obispado sí recibió, sin embargo, la titularidad del espacio donde están ubicados los locales de Cáritas, del edificio de la parroquia de los Santos Justos y Pastor y de las dos casas curales. Tuvo que compensar al Ayuntamiento, eso sí, con 838.460 euros.

Construida a finales del siglo XIX, una época en la que resurge el gusto por la arquitectura gótica, la iglesia del Corazón de María reabrió en 2006 sus puertas como sede del museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao, tras una década cerrada al público. El museo es uno de los más antiguos de la capital vizcaina. Creado hace 80 años, está considerado como uno de los mejores de Europa en su género por la selección y calidad de las reproducciones expuestas, como la Victoria de Samocracia.

En el caso de la iglesia de La Merced, en San Francisco, el Ayuntamiento la compró en 1989 y la convirtió en propiedad pública. A partir de 1997, el edificio fue remodelado y pasó a ser sede del proyecto Bilborock, con una sala polivalente para acoger espectáculos, varias salas de ensayo y el archivo musical de Euskal Herria.