Segunda evaluación
No tenía yo conciencia de la brecha que parecía existir entre… ¿cómo llamarlos para no seguir ahondando la brecha? A mis 14 años plantearse la posibilidad de hacer un bachillerato superior significaba elegir entre Ciencias o Letras: dos líneas de conocimiento que no volverían a tocarse siquiera en los próximos años de formación escolar. Como si las Letras no fueran una ciencia, como si las Ciencias no usaran las letras, como si las Ciencias no fueran, en último término, un sistema de comunicación, como si las Letras no necesitaran la medida ni la objetividad. Alguien o algo separaban los objetos de conocimiento, los hombres que conocen y hasta los sistemas sociales que desde ahí se construyen. Y, sin embargo, se repiten por doquier los poetas científicos, los científicos humanistas (las letras también se llamaban “humanidades”). Os invito a que deis un paseo por la Red. No es este el lugar en el que realizar un trabajo que lo documente. Sólo os trascribo una afirmación de un poeta (Jorge Fernández Granados). Dice así: “Mi vocación literaria siempre estuvo muy cercana a la ciencia. Si no hubiera sido escritor me habría encantado ser físico o químico: mi manera de entender las cosas se aviene muy bien con la ciencia, me gusta ese método de exploración, de investigación, esa mentalidad racional y lógica que debe ser imaginativa y curiosa.” Pero, algo o alguien, (¿con qué intereses ocultos que debemos desvelar?) han conseguido inculcarnos una especie de recelo que luego salta a la menor (o a la mediana, que da lo mismo) en muchos ámbitos, incluido el de la educación, incluido el de nuestra Escuela, incluido el de nuestra ESO (la nuestra, digo bien) Sólo conozco un remedio y en él quiero creer: el diálogo (el diálogo entre “los de abajo”). ¿Hace falta recorrer las condiciones para que haya diálogo?. Permitidme que recuerde dos de ellas: no retrata de charlar sobre cualquier cosa “neutra” (fútbol, cine, viajes, alimentos,…) sino sobre el tema de las relaciones entre ambas “sensibilidades” y algunas de sus manifestaciones; y se requiere en todos los dialogantes un clima esperanzado en poder alcanzar conclusiones concretas (pequeñas, tal vez) que vayan cerrando la brecha. Buen finde
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