El metro afronta la segunda jornada de huelga en su historia, con cuatro horas de movilizaciones y unos servicios mínimos del 40%
SERVICIOS MÍNIMOS
40%
Estos son los servicios mínimos decretados por el Gobierno vasco. Circularán cuatro de cada diez trenes.
PAROS
Por la mañana
De 06.30 a 08.30 horas: En el tronco común, las frecuencias oscilarán entre 6 y 9 minutos.
Por la tarde
De 18.30 a 20.30 horas: El número de unidades en circulación será al menos de un 40%..
El medio de transporte público más utilizado de Euskadi afronta hoy la segunda jornada de paros parciales de su historia. El metro, al que cada día se sube una media de 240.000 vizcaínos, funcionará a medio gas entre las 6.30 y las 8.30 y de 18.30 y 20.30 horas. En este tiempo, circularán sólo cuatro de cada diez trenes. El motivo esgrimido por los trabajadores para la movilización: «La denuncia de la política de imposición y los incumplimientos de acuerdos ya alcanzados por parte de la dirección», según critican los sindicatos. Los actuales gestores, por su parte, sostienen que las protestas son «injustificadas» y destacan las graves molestias que generarán en la ciudadanía.
A día de hoy, las posturas están muy alejadas. El diálogo brilla por su ausencia y no ha habido ningún contacto entre las partes, aunque sólo hubiera sido para tomarse la temperatura. También el informe del mediador, que recomendaba sentarse a negociar, ha sido rechazado por el 87% de la asamblea de trabajadores -acudieron 96 de 750-. Todo ello induce a pensar que el conflicto irá para largo. El principal punto de desencuentro es la actual configuración de la plantilla. El consejero delegado, Iñaki Prego, considera que está sobredimensionada en un 8% y cree que no hay necesidad de ampliarla, mientras que los representantes de los operarios estiman que el servicio se está «precarizando» porque cada vez hay «más trabajo y menos empleados».
El conflicto entre la dirección de la compañía pública y el comité de empresa viene de lejos. En el último año y medio se han contabilizado hasta tres momentos de total enfrentamiento. El anterior roce laboral fue provocado por la apertura del suburbano en Nochebuena. Entonces se soslayaron los paros gracias a un acuerdo 'in extremis'. Meses antes, en octubre pasado, las partes suscribieron una entente que, en líneas generales, exigía un aumento de la productividad a los empleados a cambio de no introducir la tijera en sus salarios, evitando así la aplicación del decreto de contención del gasto público aprobado por el Gobierno vasco. Una medida que ha supuesto en otras instituciones una reducción de la masa salarial de los funcionarios y los empleados de empresas públicas en un 5%.
Ayer, Prego envió una nota interna a los 750 trabajadores en la que se informaba de que los paros convocados para hoy y para los dos miércoles siguientes suponen una ruptura unilateral del pacto alcanzado en otoño. En el correo electrónico, el consejero delegado recordó a la plantilla que una de las cláusulas del documento avalado por todos los sindicatos, a excepción de LAB, estipula que «la vigencia de este acuerdo queda supeditada a la desconvocatoria de huelga o de cualquier otra medida de presión asociada a su contenido, que se extenderá hasta la firma de un nuevo convenio».
«Es una coacción»
En su mensaje, el directivo no especificaba las consecuencias que podría tener el incumplimiento del compromiso. Sólo se limitaba a señalar que el propósito de la comunicación era «garantizar la máxima información a la plantilla» sobre «algunos aspectos relevantes». El correo electrónico, sin embargo, fue tachado de «coacción» por parte de los sindicatos. «Es una manera clara de presionar a los trabajadores», afirmó el presidente del comité de empresa, Rafa Valencia (ELA).
Las centrales insistieron ayer en el mensaje que vienen trasladando en los últimos días a la opinión pública: «Es la dirección la que está incumpliendo acuerdos ya alcanzados, y eso no es de recibo», afirmaron fuentes del colectivo independiente Metrocim. Los sindicatos dicen ser conscientes de las molestias que las movilizaciones van a generar en la ciudadanía: «Ojala no tuviéramos que dar este paso», apuntó Valencia. «Pero la situación que padecemos es muy grave y esta medida es nuestra única arma para intentar defender nuestros derechos laborales y también para luchar por el mantenimiento de la calidad del servicio», añadió el presidente del comité de empresa.
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