CONTINÚAN LOS PROBLEMAS EN LA CALLE LARRATUNDU
La Policía Municipal de Bilbao ha realizado constantes visitas a una comunidad de vecinos del barrio bilbaino de Otxarkoaga. Más de una veintena para ser exactos desde el pasado 29 de marzo. Los agentes de la villa han intervenido en más de veinte ocasiones en el mismo edificio por actos vandálicos, agresiones, insultos y amenazas. El presunto responsable es un joven de 35 años que enturbia la convivencia entre los inquilinos.
"Te mato guarra, puta vieja. Maricones. Violo y mato a tus nietas. Mato a vuestros maridos, os vais a quedar viudas. Os voy a violar". Frases amenazantes, vejatorias y obscenas como estas recorren puertas, paredes, ventanas e incluso barandillas de una comunidad de Otxarkoaga. Una vecindad que durante años convivió en paz, y que, desde el pasado 21 de marzo, "se ha convertido en un infierno". Se trata del número 16 de la calle Larrutundu de Bilbao, donde al parecer, uno de los inquilinos además de escribir y rayar amenazas en las puertas -nunca en la propia- se dedica a reventar los buzones, arrancar los timbres, destrozar los contadores, quemar las puertas, poner pegamento en las cerraduras… "Hemos tenido que anular el portero automático del portal y solo podemos entrar y salir con la llave. Así, si aparecen nuevos daños, podemos demostrar que no ha sido nadie de fuera", explica Antonio, vecino del tercero. Y es que están desesperados, "no podemos salir de nuestras casas por miedo a que al volver nos encontremos alguna sorpresa", indica Pedro, también vecino el tercer piso.
Problema creciente Con el tiempo, la relación vecinal se fue enquistando. Primero fueron unos pequeños desperfectos en los buzones, algún rayón en las puertas… Después la cosa se complicó. "Él decía que era su hermana para limpiarse las manos. Pero cuando la denunciamos, comenzó a ser un goteo incesante de destrozos", apunta Pedro. Según este, el acoso es tal que ha tenido que mandar a sus hijos de 2 y 4 años a casa de sus abuelos. "Con este panorama no pueden estar aquí".
La convivencia tampoco es agradable para Mª Carmen, de 86 años y vecina del primer piso. Y es que la inseguridad es palpable. Al parecer, el supuesto vándalo coloca bolsas en los pomos de las puertas a las que prende fuego, por lo que han tenido que cambiar hasta trece veces los bombines. "Un día se le ocurrió prender una bolsa de basura que dejamos en el rellano. Había un bote con aceite y prendió fuego", cuenta Antonio. "Encima, cerró las ventanas de la escalera para que se concentrara el humo, todavía hay restos de hollín", apunta su mujer Merche. "Se asustó tanto que él mismo llamó a la Ertzaintza para avisar del fuego", añade.
El responsable Los vecinos apuntan como responsable a un joven de 35 años, identificado como I.C.P. Él asegura que lo está pasando "muy mal" ante estas acusaciones y comenta no tener "nada que ver" con los hechos. Sin embargo, algunos vecinos afirman haberle "pillado in fraganti" y otros, incluso han tenido que ser ingresados o atendidos por supuestas agresiones de esta persona. Tendrá que ser un juez quien determine si I.C.P. es el responsable, ya que la comunidad de vecinos ha interpuesto infinidad de denuncias contra su persona por los destrozos, insultos y amenazas.
Entre los motivos por los que este vecino se comporta así, se baraja la posibilidad de que "nunca les gustó vivir aquí". "No está loco, ya nos avisó: cuando nos vayamos de aquí la vamos a liar", resume Aitz, quien ha convivido puerta con puerta con él. "En cuanto murió su abuela y heredaron un piso empezaron los problemas porque se podían ir", cuenta Antonio.
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