Hacia un Bilbao más alto, rehabilitado y más ‘verde’
El Ayuntamiento de Bilbao se halla inmerso en la revisión de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que data de 1995. A fin de poder redactar un avance del nuevo planeamiento, el consistorio encargó varios estudios específicos a la UPV, las ingenierías Idom y LKS, arquitectos y abogados. Estas son las principales conclusiones de la Oficina del Plan General para el Diagnóstico Urbano de Bilbao, integrada en la concejalía de Urbanismo.
– Urbanismo. En Bilbao apenas queda suelo para que la ciudad se expanda y cree nuevos barrios. El estudio encargado por el Ayuntamiento concluye que la proyección futura de la ciudad se encaminará, "por puro determinismo físico", hacia la "rehabilitación de viviendas y edificios, la regeneración de barrios y la renovación urbana en general". También, tal y como ya señaló hace meses la exconcejal de Urbanismo, Julia Madrazo, a ganar altura. En los últimos 15 años, la villa ha experimentado un importante crecimiento, materializado en los barrios de Miribilla y Abandoibarra. El documento indica que el PGOU de Bilbao está "obsoleto" y quedan "escasas oportunidades para nuevos desarrollos y pocos solares vacantes". La sociedad municipal de vivienda Surbisa ha identificado en un estudio 70 ámbitos de rehabilitación, de los que 20, que suman 6.875 viviendas, se consideran prioritarios.
Casi cerrada la fase expansiva de Bilbao, el estudio advierte de que "se hace necesario poner en valor todo el patrimonio urbano edificado de la villa" y en concreto, los inmuebles con valor histórico-artístico, como la Facultad de Sarriko, la iglesia de San Pedro de Deusto o las viviendas de Torremadariaga. Así las cosas, el documento apunta, en lo que respecta a la protección del patrimonio edificado dentro de la revisión del nuevo Plan General, que debe darse un "enfoque integral", mirar la rehabilitación como beneficiosa para la imagen de la ciudad, mejorar la calidad urbana, reivindicar su efecto tractor, introducir nuevos usos en los edificios y elaborar estudios de cada elemento protegido.
– Barrios. El texto analiza los 40 barrios de la ciudad, agrupados en siete grandes grupos. El primero (Abando, Indautxu y San Pedro de Deusto) se caracteriza "por una capacidad económica alta, elevada población absoluta y mayor tamaño de sus viviendas". También destaca el "elevado índice de envejecimiento de su población". El segundo grupo (Castaños, Casco Viejo, San Adrián y Ciudad Jardín), comparte con el anterior "una capacidad económica alta-moderada y la presencia significativa de profesionales de nivel intermedio o superior. Presentan un nivel de renta y de envejecimiento ligeramente inferior al resto".
El tercer grupo (Basurto, Ibarrekolanda, Txurdinaga, Begoña, San Ignacio y Zurbaran) presenta una capacidad económica media, con una proporción aún relevante de profesionales cualificados y unos niveles de confort y calidad de las viviendas "muy altos". El cuarto, con barrios como Amezola, Solokoetxe, Iturralde, Matiko o Santutxu, agrupa zonas de características "medias" con "elevados valores en las variables relacionadas con la densidad de población" y la presencia relativamente superior de extranjeros. San Francisco forma en solitario el quinto grupo, con rasgos específicos derivados de las precarias condiciones económicas de parte de la población y de las condiciones socioeconómicas de los vecinos extranjeros. La proporción de inmigrantes cuadruplica aquí la media de la ciudad.
El sexto grupo (Bilbao La Vieja, Atxuri, Zabala, Altamira y La Ribera) muestra niveles de renta y condiciones socioeconómicas inferiores a la media. Su parque inmobiliario es antiguo. Por último, el séptimo grupo, formado por 13 barrios, entre ellos Otxarkoaga, Zorroza y Arangoiti, tiene valores inferiores a la media en todas las variables. Son barrios poco populosos.
– Medio ambiente. Un primer diagnóstico básico hecho analizando el inventario ambiental de la ciudad concluye que, en términos generales, la calidad ambiental es "media-baja debido al alto grado de artificialización que ocupa la mayor parte" de la capital vizcaína, aunque están en marcha estudios, planes y proyectos que mejorarán sustancialmente esta situación, como Zorrozaurre.
Existen zonas de especial interés naturalístico, como el área del Ganekogorta, el Pagasarri, la Ría o los parques forestales. Entre las especies vulnerables figuran el alimoche común, la rana patilarga, el lagarto verdinegro y el visón europeo. Entre los problemas constatados figuran los suelos "potencialmente contaminados", los niveles de ruido, las canteras que producen "impacto visual y paisajístico y riesgo de corrimientos", las zonas de vertidos incontrolados y el vertedero de Artigas, "un elemento visualmente negativo" que "acarrea problemas de malos olores".
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