MIKEL MENDEZ VECINO DEL BARRIO Y FUTBOLÍSTA
Un escaparate para salir del pozo
Enrolarse en un equipo para abandonar el desempleo. Que no es poco en tiempos de crisis. Es a lo que aspiran los 22 futbolistas en paro que participan en Sesiones AFE, un proyecto de la Fundación de la Asociación de Futbolistas Españoles que busca la reinserción laboral de profesionales que, por motivos diversos, se encuentran en paro a menos de un mes de que empiece la competición oficial. Algo así como unas oficinas del INEM dentro del mundo del fútbol.
La segunda edición de esta iniciativa, que se celebró por vez primera el pasado enero con motivo del mercado invernal y se repite ahora, dio el pistoletazo de salida el pasado 1 de agosto y finalizará mañana. Tiene lugar en las instalaciones del complejo deportivo Albir Garden, en L'Alfás del Pí (Alicante), y brinda a los participantes la oportunidad de realizar un 'stage' de pretemporada para mantener la forma, entrenarse e incluso disputar partidos -de momento, se han enfrentado al Gandía, Hércules B y Alcoyano-. Pero, sobre todo, permite utilizar este escaparate para mostrarse a los ojeadores y técnicos que se dejan ver estos días por la localidad alicantina. A esta peculiar oficina de desempleo se han apuntado dos profesionales vascos a los que el fútbol, de repente, les ha dado la espalda. Su nombre es Mikel Méndez, juega de central y ya se habían enfrentado como rivales en el pasado. Méndez, vecino de Otxarkoaga, admite que está en una situación «extraña». Tampoco tiene equipo. Jamás se vio en una de estas. «Desde que empecé siempre he jugado más de 30 partidos, menos un año por lesiones. He pasado por Eibar B en Tercera, Sestao River, Moratalla y Lorca».
Achaca el problema en el que se encuentran él y sus 21 compañeros a que «la crisis también nos ha tocado a nosotros, hay muchos futbolistas y poco dinero». Está «muy agradecido» con la iniciativa de la AFE, y la intenta aprovechar al máximo. «Con mi esfuerzo y mi trabajo diario espero encontrar algo. Y que no me vuelva a ocurrir algo así jamás». Porque Mikel vive «por y para el fútbol. Y por muchos años más», proclama convencido.
El defensa central Iban Cuadrado ya les ha enseñado a los dos vascos el camino, y ha sido el primero de los 22 futbolistas en encontrar cobijo en una plantilla de Segunda B. Su nuevo club será el Salamanca, el equipo de su ciudad. Andoitz y Mikel, de momento, esperan lograr a base de «mucho trabajo» su objetivo, firmar un contrato que les permita despertar de la pesadilla del desempleo. Méndez y Galdós son dos de los muchos futbolistas que se encuentran en esta situación. Los que recuerdan que en el fútbol no todo es vino y rosas, ni coches deportivos. Representan la otra cara del deporte.
Y los últimos acontecimientos demuestran que todo el colectivo ha decidido unirse alrededor del sindicato de futbolistas para presionar a la Liga para que garantice sus derechos. No se explica de otra forma la huelga a la que ha llamado la AFE para el inicio de la competición, y la adhesión masiva de todos los profesionales del fútbol, incluidos los entrenadores. Los 50 millones de euros que deben los clubes españoles a sus jugadores ha sido la gota que ha colmado el vaso.
Cada vez más profesionales de Segunda B y Tercera se ven en situaciones precarias, fruto de los impagos. El delantero del Getafe Adrián Colunga denunció el pasado jueves que tiene varios amigos «que se pasan todo el año sin cobrar. Son compañeros de profesión y hay que defenderlos».
Andoitz Galdós (Llodio, 1985) admite estar preocupado. «No sale nada concreto. Pasan los días, los compañeros encuentran destino, y tú ves que te quedas sin nada». Todavía no sabe dónde jugará la próxima campaña. Mantiene la esperanza de buscar acomodo, pero sabe que «poco a poco las opciones se reducen». Sin embargo, se muestra seguro de que encontrará «algo». A este joven mediocentro de 26 años, canterano del Athletic -permaneció en las categorías inferiores del club desde 1997 hasta 2005-, nada le hacía presagiar cuando se entrenaba en Lezama con sus compañeros de la generación del 85 como Llorente y Amorebieta -«jugué con ellos toda la vida», apunta- que en verano de 2011 estaría en la misma situación que otros cinco millones de desempleados en España.
Pero la iniciativa del sindicato de futbolistas le devolvió la esperanza. Llevan días entrenándose bajo la dirección de Vicente Engonga, que ejerce de míster en este singular clinic. «Estamos involucrados en algo muy positivo, es una gran oportunidad para mantenernos en forma, y estar en el escaparate. Nos tratan genial», dice Galdós.
Porque en los campos alicantinos se ejercitan «con intensidad, como en una pretemporada más o menos normal». Aunque no lo sea del todo. Eso sí, admite que el objetivo, más que el «trabajo diario», es «demostrar lo que vales el día del partido». Pero la competitividad, a pesar de estar en una situación más o menos extrema en la que todos quieren destacar, es «sana, sin maldad». «Al final -agrega el jugador alavés- todos somos compañeros y, ante todo, somos futbolistas, sabemos que lo individual no funciona sin el colectivo».
Cuando abandonó el Athletic, Galdós emigró al Cartagena, donde estuvo año y medio. Su siguiente destino fue el Guijuelo. Allí tampoco cuajó y volvió a preparar las maletas con destino a Jaén. Tras dos temporadas en Andalucía, se enroló en las filas de La Muela. Sin embargo, cosas del fútbol, el equipo aragonés decidió prescindir de sus servicios. «Lamentablemente, hoy en día estamos muchos jugadores en esta situación», apunta Galdós. La crisis azota al fútbol que se practica a espaldas de los grandes estadios y las cámaras de televisión.
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