El árbol de la vida y el hombre de los círculos azules
Acabo de ver “El árbol de la vida”, de Terrence Malick. Si vais a verla (Txuma, no te la pierdas y vete pronto que va a durar muy poco en cartel), si vais a verla, id con toda vuestra capacidad de gozar ante imágenes bellas, con la mente bien despierta y dispuesta a pensar, y con algún buen tertuliano junto a vosotros.
Si vais a verla, tened presente –para que no os despiste todo lo dicho anteriormente- que entre los minutos 2 y 22 (es una aproximación, porque yo no tenía reloj) discurre toda la evolución. No os voy a desvelar nada más.
Por otra parte, ayer terminé con la primera novela de la serie del detective Adamsberg. Me ha vuelto a ocurrir (soy tonto y no espabilo) lo mismo que con el Conde de Padura o el Wallander de Manskell: que cuando el tercero o el cuarto de la serie te parece muy, muy bueno luego me voy al primero, a empezar la serie y ya no es lo mismo. Pues eso, si queréis leer sólo alguna novela de Fred Vargas y su comisario, saltaos la primera. Que tiene su cosilla, no vayáis a pensar que yo me he arrepentido de haberla leído.
Buena semana para todos. Espero, por mi parte, disfrutar todavía de dos o tres días de playa.
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