ENTREVISTA A JOSE LUIS SABAS EN DEIA
En esta legislatura es usted el coordinador de Políticas del Territorio, un área que engloba además de Obras y Servicios, Circulación y Transportes y Seguridad Ciudadana. ¿En qué van a notar los ciudadanos su trabajo en la seguridad de Bilbao?
Como ya ha dicho el alcalde, los bilbainos vamos a afrontar años difíciles y vamos a tener que dar lo mejor de nosotros para poder responder a las necesidades actuales y futuras de los ciudadanos. Los tres concejales estamos en la calle y tenemos que trabajar conjuntamente porque cada uno tiene una visión de las cosas. Como yo soy el mayor en cuanto a la edad me toca coordinar. Es el mandato del alcalde. Pero cada uno tiene sus competencias y yo voy a ser un facilitador.
¿Cómo?
Tengo que intentar facilitar las cosas entre nosotros y desde luego intentar siempre generar un entorno de oportunidades para que se den las condiciones, en la medida de lo posible, para crear empleo. Mi forma personal de trabajar ya la conocéis. Me vuelco en escuchar a la ciudadanía, me gusta que me envíen sus quejas, sus demandas. Tenemos un sistema que nos permite escuchar a los vecinos y atenderles para mejorar la ciudad y acertar.
No da usted una imagen muy cercana, pero es un hombre a pie de calle. ¿Les cuesta a los ciudadanos acercarse al concejal?
Creo que no. En general dicen de toda la familia que somos gente más o menos seria, pero soy cercano a las personas y, sobre todo, vivo la ciudad. No me importa nada que la gente me haga sus sugerencias y aunque quizás no dé esa imagen de cercanía, doy señales claras de acercarme a los ciudadanos para resolver sus necesidades.
¿En qué se va notar el recorte de los presupuestos en el Área de Obras y Servicios?
Hemos tenido años de bonanza económica que hemos aprovechado muy bien y ahora nos toca sacar el mayor partido a los recursos. No existen fórmulas milagrosas, pero nosotros llevamos ya tres años preparándonos para esto, haciendo gestión de nuestros contratos, exprimiendo al máximo a las contratas de los servicios para lograr que nos den lo máximo.
¿Va a bajar la calidad de los servicios públicos de Bilbao?
No podemos, pero sí vamos a tener que ser más austeros en algunas cosas. Ahora igual toca hacer menos plantaciones, o poner flores más sencillas, pero hay unos niveles de calidad de los que no podemos bajar. Para ello es muy importante la colaboración ciudadana. Cuanto menos ensuciemos, cuanto menos estropeemos, menos dinero gastaremos en arreglar las cosas, en limpiar.
Esos compromisos no son habituales entre la ciudadanía.
Pero es fundamental que seamos todos conscientes de la época en la que estamos y de que si queremos una ciudad limpia, en buenas condiciones, todos tenemos que tratar de cuidarla. Seguiremos invirtiendo pero como venimos haciendo ya en los últimos años, controlando el gasto máximo, siendo austeros y funcionales y pensando en que todo lo que hagamos tiene que ser de mantenimiento barato.
La inauguración del edificio de San Agustín fue un poco 'chapuza'. Quizás por contratar la empresa más barata resultó caro.
No fue ninguna chapuza. El sistema de contratación que tiene el Ayuntamiento de Bilbao es de los más transparentes y gana el que gana. En este edificio trabajamos alrededor de 450 funcionarios, y no ha habido ningún problema. Si es cierto que, en el tema atención al cliente, al valorar más el precio tuvimos un problema, pero los subsanamos bien, no causamos ningún trastorno a los ciudadanos. Hicimos bien rescindiendo el contrato. Estamos en una época en la que desde luego hay que mirar el precio, pero por supuesto que también miramos la calidad.
¿El Casco Viejo va a ser el barrio estrella de la legislatura?
La próxima legislatura va a tener muchas estrellas. Vamos a seguir apostando por los barrios. En los últimos cuatro años se han invertido cien millones de euros en barrios, plazas, parques, ascensores, peatonalizaciones, alumbrado, juegos infantiles, para mayores… En este mandato vamos a seguir trabajando en los barrios altos en Uribarri, Zurbaranbarri, Arabella, Otxarkoaga y también en Basurto, Zorrotza, Arangoiti, Bolueta, Monte Caramelo, Masustegi… pero sí es verdad que en este mandato hay dos barrios que son una gran oportunidad: Casco Viejo y Basurto. Basurto ha sido durante años el barrio contenedor de Bilbao y ahora le toca una gran transformación con el cambio urbanístico que supondrá eliminar la barrera de Sabino Arana, los nuevos equipamientos universitarios, el soterramiento de Termibus y la creación de un nuevo parque.
¿Qué idea tienen en mente con el Casco Viejo?
Vamos a ponerlo en valor. Después del proceso de participación con los vecinos, haremos una serie de actuaciones para mejorar su calidad de vida, garantizar una peatonalización efectiva, mejorar la accesibilidad, poner en valor su patrimonio, crear nuevos espacios de ocio… y lo que es muy importante, generar motores de vida y actividad económica.
El comercio es esencial en esa intención de promoción.
Y el mercado de La Ribera es una magnifica oportunidad. El Casco Viejo tiene más de 2 millones de visitas y hay que cuidar sus espacios como Unamuno o la Plaza Nueva. Hay que coordinar la vida comercial y familiar y cuidar su belleza arquitectónica. Tenemos que evitar que decaiga la actividad comercial y para eso tenemos que hacer una importante actividad en las lonjas vacías.
¿Es tan patente el deterioro del Casco Viejo como para someterlo a un plan especial de regeneración?
Hay algunas calles, fundamentalmente las más pegadas a La Ribera, en las que hay muchas lonjas vacías y tenemos que hacer un trabajo entre todos.
¿Va a restar protagonismo económico a otros barrios como Bilbao La Vieja?
No, Surbisa va a seguir trabajando exactamente igual en esa zona. Se ha hecho muchísimo a nivel urbanístico y no hay mejor visión que darse una vuelta por la calle de la Cantera, San Francisco, o la plaza Corazón de María. Y vamos a seguir actuando.
¿Veremos por fin Zorrotzaurre convertido en isla este mandato?
Zorrotzaurre es, junto con la Punta Zorrotza, una de las obras claves de este mandato. Ya estamos encargando los proyectos para hacerlo. Eso va a suponer un desarrollo muy importante y además vamos a bajar el nivel de la ría y eso nos va a permitir que exista menos riesgo de inundaciones. Además tengo un sentimiento con respecto a la apertura del canal porque son de esas obras especiales.
De lo que queda en los libros.
La apertura del canal es historia, es para siempre. Las obras empezarán el próximo año. Trabajamos muy atados a un orden, con un tiempo y mucha planificación. Soy bastante ordenado y tenemos un plan de cada una de las cosas que tenemos que hacer. Y en este caso para mayo tendremos el proyecto del puente y la apertura del canal. Será el mandato de la isla de Zorrotzaurre.
Aunque no de tanta envergadura, pero en esta legislatura también hay dinero para La Casilla. ¿Qué se quiere hacer en este espacio?
Lo estamos pensando. Es un edificio de múltiples oportunidades, pero en la época en la que estamos lo que barajamos es un proyecto pequeñito de tres o cuatro millones de euros que nos permita tener este espacio un poco como caja mágica. Que sea centro de barrio. Pero todo a la vez no se puede hacer.
¿Y qué orden se va a llevar?
Primero Termibus. Estamos haciendo el plan para sacarlo a información pública. Pero hay mucho trabajo. No podemos prescindir de la estación, con lo que estamos buscando un solar bueno para trasladar Termibus mientras duran las obras.
Hay pocas parcelas en Bilbao que admitan el servicio de Termibus.
En eso estamos trabajando ahora porque afecta a muchas personas y tenemos que estudiar bien todas las propuestas.
A Termibus le seguirá La Ribera, según su hoja de ruta. ¿Qué ideas se barajan para la tercera planta que va a quedar vacío?
No hemos parado de trabajar en el mercado. Hace un año en estas fechas inauguramos la primera fase. Ahora estamos en el ala de La Merced. El mercado tiene que ser un activo para el Casco Viejo además de un nicho de empleo. Debe crear nueva actividad más allá de la que generan los propios comerciantes. Ser un atractivo y un motor para el Casco Viejo.
Dicen que la crisis ha frenado la demanda que había para ocupar ese espacio de oportunidad que va a ofrecer la plaza de abastos.
En los próximos meses vamos a ir de la mano de los comerciantes en lo que se refiere a la ocupación de los puestos. El resto tiene que ir presidido por un tema global. El mercado tiene que ser un lugar de destino y disfrute. Tiene que ser un tractor de la ciudad y que esté el máximo de tiempo abierto.
¿Hay alguna propuesta?
Ahora estoy en el tiempo de la estructura. Me planteo que los comerciantes provisionales estén en sus puestos definitivos el próximo año.
¿Qué medidas de ahorro energético se pueden aplicar cuando el recibo de la luz se encarece?
Llevamos años haciendo inversiones y cambios importantes en el alumbrado. Lo hemos mejorado en muchas zonas para mejorar la sensación de seguridad. También hemos implantado medidas de innovación tecnológica que nos permitan ahorrar en consumo y en gasto. Para que se haga una idea, en estos años hemos renovado un 38% del alumbrado público con iluminación de bajo consumo.
Dice usted que se ha mejorado la sensación de seguridad. ¿Cree que Bilbao es una ciudad segura, pese a los últimos sucesos?
No lo digo yo, lo dicen los ciudadanos. Lo que no hay que hacer es el vaina. Hay que tener cuidado. Bilbao es una ciudad más segura que otras capitales pero no hay nada ideal. Desde que aquí vamos a ayudar a que así sea, evitando zonas recónditas, espacios que no se ven. Pero hay que evitar puntos oscuros, o solitarios. Yo no soy un trasnochador, de hecho me llaman cenicienta porque a las 12 ya estoy en la cama, pero cuando salgo, salgo y en general yo veo a la gente divertirse. Debajo de mi casa hay un pub y veo a la gente en la calle.
¿Ha llamado usted a la Policía Municipal alguna vez?
Sí, más de una vez. Y en alguna ocasión por molestias, no tanto por mí sino porque molesta a los vecinos. Pero no es tanto por los pub, que por lo general están muy bien insonorizados, sino porque la gente sale a la calle.
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