Bilbao ensalza en la intimidad a los ‘héroes de Santutxu’
De una forma privada y lejos de los focos de las cámaras. Así quisieron los 'héroes de Santutxu' responder ayer a la invitación del Ayuntamiento de Bilbao por la valentía demostrada el pasado 14 de noviembre cuando consiguieron reducir a Bijan Alizadeh, el joven iraní que asesinó a Kepa Mallea, un profesor jubilado, e hirió a otras seis personas.
El acto, que contó con la presencia del alcalde, Iñaki Azkuna, el consejero delegado del Ayuntamiento, Andoni Aldekoa, y el concejal de Seguridad Ciudadana, Tomás del Hierro, tuvo lugar a las seis de la tarde y se prolongó durante cerca de media hora. A él acudió una pequeña representación de los intrépidos ciudadanos, entre los que se encontraba Salvador Méndez, el empresario de Otxarkoaga que consiguió junto a otras personas, y con la ayuda de una baldosa, desarmar al autor del crimen. Al término del encuentro, los residentes abandonaron el Consistorio por una puerta trasera, eludiendo realizar cualquier tipo de declaración. Ellos ya dieron la cara aquel fatídico lunes en el bar Errondaberri y no desean más protagonismo.
La primera patrulla
También privado fue el reconocimiento a la primera patrulla de la Policía Municipal en llegar aquella jornada a la calle Zabalbide. Azkuna les recibió ayer a las 13.00 horas. Andrés y Cristina, destinados en la comisaría de Otxarkoaga, fueron quienes arrestaron a Bijan Alizadeh. Rechazaron hablar de «méritos» o de «heroicidades»; «es nuestro trabajo», zanjaron en su momento. Apenas diez minutos antes de la terrible agresión, los agentes habían pasado por allí.
Cuando llegaron se encontraron con «un ambiente de histeria total». Al entrar al bar, «dos o tres tíos fornidos» tenían retenido al atacante. «Sólo le tuvimos que esposar, los vecinos le detuvieron», recordaron. Bijan permanece desde el sábado en la nueva cárcel de Zaballa tras haber estado ingresado en la Unidad de Psiquiatría del hospital de Basurto.
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