Zorionak eta urte berri on
La semana pasada fue rica en acontecimientos y, al parecer, pobre en tiempos de tranquilidad y calma. El final de mi trabajo por este curso, la última (de momento) despedida, Santo Tomás, el Bilbao basket en el Top 16, el reencuentro con la “cuadrilla de los viernes”, la lotería (sólo pérdidas), la ciudad engalanada, los regalos de Olentzero, la Navidad,… y ninguna reflexión en el blog.
Esta semana, todavía ayer, he terminado de leer “Esperadme en el cielo” de Maruja Torres. Al ir a dejar aquí alguna reflexión he caído en la cuenta de que es la segunda novela que leo de Maruja Torres en muy poco tiempo. No creo que haya más explicación que la casualidad y que hacía tiempo que tenía ganas de leer en concreto ésta. La anterior la leí por aquello de que se anunciaba como una novela negra.
“Esperadme…” es un canto a la vida a través de la fantasía de una mujer que lucha por quedarse para siempre en la eternidad o volver a vivir lo que le queda del tiempo actual. Curioso, muy curioso, su planteamiento de una eternidad sin dios, se vuelve compleja su lectura porque, al mismo tiempo, es un homenaje al Mediterráneo, a Barcelona-Alejandría-Beirut y a Manuel Vázquez Montalbán y Terenci Moix. No se puede leer fácilmente sin saber algo de todo lo que acabo de apuntar. Hay muchos guiños de ojo que se pierden.
En mi interés porque algo de las novelas que leo os llegue a todos os dejo una cita de su novela: “Solía decirte lo que un sabio ya nos advirtió: no todos podemos construir catedrales, algunos fabricamos mesas.
Preocúpate de que la mesa sea sólida, firme y armónica y de que sirva para su uso”
Y bien, mañana Zorionak y el sábado Urte berri on.
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