Y Rajoy no ha hecho más que empezar?
“Con el agua al cuello” dice Pétros Márkaris que estamos. Ya sabéis que la novela negra comienza con un asesinato y se convierte en una investigación sobre la sociedad. Lógico que la investigación se centre en lo más repetido: la crisis. Y esta crisis, la que vivimos, la ha provocado alguien (que, además, se está aprovechando de ella para enriquecerse). Los que pertenecen al grupo de los provocadores aprovechados no nos resultan precisamente simpáticos. La novela negra plantea muchas veces (¿demasiadas?) profundos problemas morales. ¿Sigue siendo moral asesinar al tirano? (véase Guillermo Tell) ¿Qué rostro tiene hoy el tirano?, ¿dónde recluta su ejército? La víctima no es antipática. Así que deseamos que no se descubra al asesino, o que éste se lleve consigo a los “verdaderos” culpables, que sea la mano ejecutora contra un poder antisocial. Jaritos, el comisario de Markaris cuenta en primera persona, pero su entorno privado y parte de su entorno profesional están formados por “gente anti-sistema”: su mujer, su hija, su nuero, el periodista de izquierdas, su viejo “amigo” militante más anarquista que comunista, ls secretaria de su jefe,… y todos ellos van dejando caer esos comentarios cortitos que, a modo de exquisito puzle ayudan a reconstruir la sociedad donde trascurren los hechos, la Grecia de hace un par de años, la Grecia de hoy, que no está nada lejos de nosotros. Todo esto y algo más es la última novela de Márkaris. Como casi siempre absolutamente recomendable. De lo mejor para empezar el año con buena literatura. Os dejo algunos trozos de ella:
“Me paso el día escuchando las sandeces de los demás” – dice Jaritos. “Cuando no son órdenes de Guikas (su superior) son las del ministro. Esta voz es la única que me manda cosas y yo puedo pasar olímpicamente. Me levanta el ánimo. Los que están un poco quemados en un puesto de trabajo necesitan un GPS para desobedecerlo. ¿Ahora lo entiendes? – Así le explica a su “indignada” mujer porque lleva el GPS encendido en el coche, pero sin hacerle caso, circulando por donde a él le da la gana.
“- Nos hundiremos sin remedio- comenta Adrianí (la mujer de Jaritos)
– ¿Por qué? – le digo
– Nosotros (la gente de a pie) nos pasamos el día haciendo preguntas y él (alto cargo de una de esas agencias de calificación que tanto bien están haciendo a nuestra economía) ya tiene una respuesta para todo. Cuando tú te haces preguntas y el otro ya tiene las respuestas, no hay escapatoria: te hundes” “… ese que anda suelto por ahí liquidando a los que comercian con el dinero. Sea quien sea el asesino al que estáis buscando, mata para cosechar elogios. […] porque no le basta con asesinar a algún capitoste. Quiere sublevar a la gente contra los bancos.”
“Sabe donde asestar el golpe, pienso de nuevo. Ninguna de las cuatro víctimas caía simpática. Las cuatro dejaron atrás a montones de personas que les desean la muerte. Por fortuna los que matan son muchos menos de los que desean la muerte de alguien. De lo contrario, estaríamos todos con una camisa de fuerza.”
Además ayer por la noche, a la vista de lo que NO ponían en televisión, echamos mano del vídeo y vimos una peli que no dudo en recomendárosla: Incendies. Entretenida, interesante, abierta, discutible en su resolución, con alguna pregunta y alguna respuesta no demasiado agradables, pero digeribles, …
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