CARTA A LOS REYES MAGOS
MINUTO DE SILENCIO
A mí me siguen gustando los Reyes Magos. Ya sé que ni eran tres, ni eran reyes, ni eran magos, pero me recuerdan la magia de la infancia. Y eso no lo puedo olvidar. Me recuerdan unos juguetes sencillos, indios y vaqueros de plástico, una espada de madera, y un tractor. ¡Qué emoción al levantarse por la mañana! También les recuerdo pasando el puente del río hecho con papel de plata, cómo avanzaban durante los días de navidad hasta que el día de reyes, justo ese día, – ¡qué cosas!- llegaban al portal. Y entonces el niño Jesús, que era más grande que María y José, sonreía –no me extraña-. Pues quiero pedir a los Reyes Magos que toda la gente de Otxarkoaga, cuando se levante de la cama, sienta durante los próximos trescientos sesenta y cinco días lo más parecido a esa emoción y a esa magia. Un abrazo.
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