Fórmula contra el paro: autoempleo
EMPRENDER se convierte en tarea complicada cuando una gran parte de la sociedad percibe la situación económica como difícil. Cuando una persona cuenta en su entorno que quiere crear una empresa recibe como respuesta dudas capaces de tumbar el optimismo más infranqueable. Si invertir en un proyecto siempre ha sido algo complejo, en un escenario en el que el consumo cae mes a mes y la financiación escasea como el agua en el desierto se vuelve en algo casi inalcanzable. Pero como la apuesta por la innovación, las nuevas ideas y las nuevas empresas es sinónimo de crecimiento futuro, aún hay apoyos para quienes con su idea de negocio debajo del brazo buscan asesoramiento.
La Fundación BBK es uno de esos organismos que no duda en apoyar a los emprendedores, en especial a los más jóvenes. Como a Jone Larrucea, Erlantz Astorkiza o Kutxo Sarasola. Para la obra social de la caja vizcaina la generación de empleo y actividad económica es "una apuesta estratégica" y por eso apoyan a los emprendedores. Desde la dirección de la caja se ha apuntado en alguna ocasión que este es el verdadero objetivo de la obra social, apostar por proyectos que a largo plazo generen actividad económica y empleo, que aseguren el futuro del territorio.
De hecho, BBK apoyó 34 nuevos proyectos en 2012, además de refinanciar otros que ya obtuvieron la ayuda de la Fundación anteriormente. Pero como explica Arantxa Gandariasbeitia responsable de Becas y Financiación Social de la Fundación BBK, pese a la actividad financiera de la caja -ahora a través de Kutxabank- el apoyo a los emprendedores va mucho más allá, ya que se realiza un acompañamiento en el proceso de creación del proyecto y ese asesoramiento se mantiene durante el primer año de vida de la nueva empresa. Según las cifras de la Fundación, con los proyectos apoyados en 2012 se crearon 80 puestos de trabajo en Bizkaia con una inversión de 1,8 millones.
Entre los puestos de trabajo creados están los de Sarasola, Larrucea y Astorkiza. Son solo tres ejemplos de cómo el autoempleo no solo es una opción en el horizonte, sino una realidad. En el caso de Sarasola además, su empresa ha crecido hasta crear otros seis puestos de trabajo más y se mantiene pese a que el contexto con la crisis ha cambiado y, en general, empeorado el panorama.
AUTOEMPLEO Pero esa crisis no asusta a quienes ven una oportunidad. Hay sectores en los que todavía es posible trabajar, abrir un negocio y que éste sea rentable. Larrucea y Astorkiza son dos jóvenes que lo han probado. Ambos trabajan desarrollando las aptitudes que estudiaron en la Universidad. Los dos desarrollan labores relacionadas con la salud y los dos ven con esperanza el futuro.
Erlantz Astorkiza es otro de los emprendedores que han sido asesorados por la Fundación BBK. Acaba de celebrar el primer aniversario de su propio negocio, una óptica llamada Optikari abierta en el barrio de Otxarkoaga, en Bilbao. "En general estoy muy contento. El primer año siempre es complicado y con la época en la que estamos no me puedo quejar", asume. "Estoy feliz, Esto va poco a poco, pero cada vez me conoce más gente en el barrio". Su voz refleja optimismo.
Este mungiarra trabajó en diferentes ópticas en Bizkaia antes de aventurarse a montar su propio negocio. Estudió Óptica y Optometría en Barcelona y admite haber encontrado una profesión con salidas. "Para ser óptico hay que irse a estudiar fuera, así que supongo que no somos muchos los titulados. Por eso no me ha faltado el trabajo". Aún así probó otras ramas antes de volver a enfundarse la bata. Trabajó durante seis o siete años por cuenta ajena hasta que decidió que "lo que veía también lo podía hacer yo". "Sales de la universidad y todo te parece grande, te ves incapaz. Pero una vez adquirida la experiencia necesaria quise probar porque me veía capacitado", resume. "Recuerdo bien el día en el que tomé la decisión, era un viernes de finales de noviembre de 2010 y leyendo una entrevista decidí intentarlo". Catorce meses después Optikari fue una realidad. Durante esos meses de preparación y espera Astorkiza obtuvo la ayuda y el asesoramiento de los especialistas de Bilbao Ekintza y la Fundación BBK. Así pudo realizar su plan de negocio y el estudio de mercado necesarios para valorar la idoneidad de poner en marcha su proyecto. De la Fundación BBK además, obtuvo un año de asesoría y gestoría gratuitos.
APOYO La Fundación BBK apuesta por jóvenes emprendedores como ellos a los que ofrece diferentes servidos. Por un lado apoyan a quienes se presentan con un proyecto en el proceso de maduración de la idea y estudio de viabilidad. Les asesoran a la hora de concretar y dar forma a esa idea, algo que incluye asesoramiento empresarial y la elaboración de ese plan de viabilidad, imprescindible para quienes se aventuran en la creación de una nueva empresa. Además, la Fundación BBK ofrece apoyo a los jóvenes -en teoría los programas van dirigidos a menores de 35 años, aunque son flexibles en ese aspecto porque la crisis ha dejado sin trabajo a muchas personas capaces que deciden crear su propio negocio– en forma de asesoramiento sobre los trámites administrativos y legales necesarios para la puesta en marcha del negocio.
Pero como BBK no deja de ser una entidad financiera, el apoyo incluye planes de financiación personalizados con costes menores, una vez analizada la viabilidad. Desde BBK hablan de financiación a corto y largo plazo, activos fijos y circulante; en definitiva "adaptamos las figuras financieras ad hoc", admiten. En la valoración del riesgo, se pone el peso en la viabilidad del proyecto frente a las garantías ofrecidas por quien solicita colaboración. Además la obra social de BBK ofrece un servicio de asesoría laboral, fiscal y contable durante algunos meses.
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