Cuidado con los corderos

Señores de Madrid, sigan hostigando a los lobos, golpéenlos, acúsenlos de comerse hasta la última gallina, aplástenlos, que no puedan respirar, oblíguenlos a comer pasto, a agachar la cabeza, a decir beeeeee… conviértanlos en corderitos indefensos. Los corderitos son blanditos, suaves y ponen ojillos de esos de "te comería enterito". 

Señores de Madrid, obliguen a la población a posicionarse, oblíguennos y tendremos que hacerlo, sigan forzando la maquina para que no se mueva nada, utilicen su poder de manera irresponsable para esconder sus vergüenzas, estamos cansados de ustedes, de su incompetencia y de su estupidez. Dejen de distraer, trabajen y en este tema busquen el reconocimiento del dolor, el perdón o lo que quieran pero recuerden, por mucho que se haga los muertos no volverán, ni de un lado ni de otro. Hablen.

Vamos a dejar de ser la excusa para no hablar de otras cosas, lo quieran o no. Y en vez de apuntarse el tanto de haber acabado con esto siguen jugando como si fuesen perdiendo. La realidad es que el gol lo metió la sociedad vasca renunciando a la violencia, poco a poco, muy poco a poco, de manera tremendamente lenta, una lentitud cruel y dolorosa, pero lo conseguimos y ganamos. Tendremos paz, algún día la tendremos de manera completa.

Y si hemos podido dar la espalda a los que disparaban en la nuca, podremos hacer lo mismo con los que amenazan con leyes inventadas y duendes verdes con esteroides. Sigan apretando a ver por donde revienta esto. ETA ya no está, pero si lo que quieren son problemas no tienen más que cansar a  los ciudadanos vascos. Cuidado con los corderos, no podréis con todos.