Miedo a las aulas
L OS motivos que hacen que un chaval no vaya a clase con cierta asiduidad son diversos y están muy relacionados con la edad y la cultura de las diferentes comunidades que conviven en Bilbao. Este es el motivo por el que el Ayuntamiento tiene que intervenir desde diferentes ámbitos. Según explicó ayer Paco Dehesa, director de Acción Social, generalmente detrás de un caso de absentismo existen otros problemas o circunstancias.
En los casos de los chavales más pequeños, los que cursaban Educación Infantil, según Dehesa, tras la falta continuada al centro escolar hay un componente de sobreprotección de los padres. Según el director de Acción Social, la comunidad gitana y también otros grupos de extranjeros piensan que los niños pequeños en casa están más protegidos ante cualquier enfermedad o epidemia. Además, precisamente en edades tempranas, los niños pequeños son más propensos a coger catarros o enfermedades cuando van al colegio, lo que reafirma a estos padres en su opinión. Por este motivo, según añadió Maiz, es fundamental hablar con los padres y sensibilizarles sobre la importancia que tiene que sus hijos estén escolarizados. "Entre los autóctonos no existe esa percepción de que el colegio sea un foco de infección, por eso no se dan esas cifras de absentismo".
ADOLESCENTES Cuando llegan a Secundaria, los motivos por los que dejan de asistir a clase son totalmente diferentes. También se producen fundamentalmente entre la comunidad gitana porque no consideran que la escolarización sea una prioridad. "No le dan ningún tipo de importancia", señala Maiz.
El Ayuntamiento trabaja desde diferentes ámbitos con esta comunidad para conseguir que los padres interioricen la importancia de que los chavales tengan una formación y que no dejen de asistir a las clases. Además, añade Maiz, "muchas veces empiezan a faltar y eso supone un retraso que difícilmente pueden remontar. Poco a poco se van desenganchado del ciclo escolar y acaban por abandonar la enseñanza".
Precisamente, la asociación gitana Kale dor kayiko, con sede en Otxarkoaga, trabaja desde hace años para que los jóvenes gitanos consigan llegar a la Universidad y poco a poco ir cambiando dentro de las raíces de la cultura gitana la idea de que la escolarización está reñida con sus raíces tradicionales.
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