El francotirador paciente
No he leído casi ninguna de las novelas de Arturo Pérez Reverte. Alguna sí. Por el contrario, casi ningún fin de semana dejo de leer su artículo en el XL Semanal. Y, como últimamente me está perdiendo la “rabiosa actualidad” a la hora de escoger mis lecturas, me apetecía leer su última novela: “El francotirador paciente”, posiblemente llevado por su temática: el grafiti, el mundo del arte contemporáneo, el anunciado thriller,…
Y realmente resulta una novela agradable de leer. Durante buena parte de su discurrir parece demasiado predecible, pero guarda en sus entrañas un as para conseguir un final sorprendente por lo inesperado.
La novela mantiene el interés con una prosa ágil y un ritmo narrativo que sostiene el suspense y la intriga. Pérez Reverte sabe contar historias, aunque, por momentos, uno tenga la impresión de que su construcción flaquea en cuanto a rigor en los personajes. Pero, a Reverte –creo- le gusta contar, hilar relatos y lo hace muy bien.
Yo pondría dos pegas a su novela. De un lado, es excesivamente didáctico (¿moralista?). De otro, la novela se resiente al final de una especie de ralentización, motivada por la necesidad de un diálogo amplio que “explique” lo que ha sucedido y por qué.
Nada quita para que resulte, en su conjunto, un agradable “pasatiempo”. De paso diré que si alguien quiere saber qué es una novela de suspense y no es una “novela negra”, lea ésta.
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