Escucha
Escucha…
Mis versos son un pálpito furioso
de corazón henchido.
Sangre que no cabe en las venas del alma.
Palabra que no acierta a ser mentada
sin poesía.
Voz rota de garganta cansada
y llanto de niño…
Escucha…
Mis versos lloran conmigo,
y tiemblan a la vez que la mano que los crea.
Ellos viven.
Y estarán cuando muera yo.
Frutos alumbrados de mi vientre.
Escucha…
A este lecho donde yacen
tú que los lees, acerca tu oído.
Porque eso es mi pecho lo que oyes.
Y esto que lees sus latidos…
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