Las goteras forzaron el cierre del frontón de Txurdinaga el fin de semana
Los usuarios de los frontones de Txurdinaga se los encontraron cerrados el pasado fin de semana por culpa de las goteras. Tras varias jornadas de lluvia intensa, las filtraciones que padece la cubierta habían dejado impracticables las instalaciones. El descontento crece entre quienes las utilizan habitualmente por lo recurrente de las incidencias. Y es que el problema no es nuevo; el edificio acarrea problemas de humedad desde hace años. Bilbao Kirolak tiene previsto atajar esta situación en los próximos meses acometiendo una reforma integral de la cubierta, pero es precisamente el mal tiempo el que ha impedido que comiencen las obras.
Quienes acuden habitualmente a practicar deporte allí ya se han acostumbrado a que «dependiendo de lo que haya llovido durante la noche, por la mañana te encuentres los frontones cerrados», asegura Dionisio, vecino de la zona y usuario «casi diario» de las instalaciones. Al parecer, de los seis frontones con los que cuentan el complejo, la lluvia afecta más a los tres más grandes. Cuando es intensa se forman charcos en las pistas por las goteras, «pero cuando hay sirimiri, según la dirección del viento, se filtra el agua al interior y es imposible jugar porque se humedece todo el suelo», explica otro usuario.
Según explicó ayer a este periódico el concejal de Deportes y presidente de Bilbao Kirolak, Sabin Anuzita, está previsto renovar completamente la cubierta del edificio para solucionar los problemas que acarrea. «El edificio tiene más de treinta años y ya le toca, pero estamos esperando a que haya unos días de buen tiempo para empezar las obras», afirmó. Sin embargo, la tregua meteorológica no termina de llegar y, a la espera de las obras definitivas, la contrata que gestiona el polideportivo hizo unas reparaciones puntuales antes del invierno. Según detallan desde Bilbao Kirolak, entre el 25 y el 29 de noviembre se procedió al sellado de las juntas de la cubierta y a la sustitución de tornillería deteriorada y de otros elementos de seguridad.
Pero esos trabajos no han logrado que la superficie resista los más de sesenta días de lluvia registrados en Bilbao en los últimos tres meses. El sábado los frontones amanecieron anegados y, aunque los operarios se afanaban en tratar de secar las pistas valiéndose de toallas, las instalaciones tuvieron que ser clausuradas. Y así permanecieron también durante todo el domingo. Aunque fueron bastantes los usuarios que manifestaron su descontento por la imposibilidad de jugar, ninguno registró una queja formal, aseguran desde Bilbao Kirolak. A los que habían realizado una reserva y se vieron afectados por el cierre, se les devolvió el dinero o se les facilitó que trasladaran su reserva a otro de los recintos de la ciudad.
Construido en 1983, hace ahora seis años el Ayuntamiento invirtió 1,4 millones de euros en edificar una cubierta, precisamente para preservar las instalaciones de las inclemencias del tiempo. Apenas seis meses después de aquellas obras se produjeron las primeras inundaciones. Desde entonces, las reparaciones puntuales han sido recurrentes: «Vemos a gente trabajar cada cierto tiempo en el tejado, pero las goteras no se solucionan», claman los usuarios. Sin embargo, el concejal de Deportes considera que el incidente «no se corresponde con el nivel de mantenimiento de las instalaciones de Bilbao Kirolak».
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