DESHOJAR
MINUTO DE SILENCIO
Veo magnolios, plataneros, arces y abedules desde mi ventana. Durante el invierno he admirado los magnolios, con sus hojas vedes y brillantes, con sensación de salud que confronta el invierno. Sin embargo, plataneros, arces y abedules, han dejado desnudar sus ramas, como signo de su debilidad frente al invierno. Lo que pasa es que ahora ha llegado la primavera, y aunque los magnolios han hecho sus pinitos con esas flores características, el resto ha recibido la primavera con trajes relucientes y nuevos. Las hojas que han dejado caer en el otoño han servido también para sembrar el suelo de abonos y semillas, con lo que se han beneficiado todos. Y entonces, ese deshojar, ese desvestirse en ramas desnudas me ha recordado la entrega de las personas que se van dando a los demás, que son despreciadas porque se van quedando sin sus hojas, que sirven para que otros crezcan, y he cambiado un poco de opinión sobre los árboles. En estos tiempos de semana santa también me ha recordado al Jesús que va perdiendo sus hojas por darse a los demás, y florece en la primavera de la Pascua de resurrección.
Pepe
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