“ENIGMAS INMENSURABLES”
A aquella mirada azul que me enseñó
la palabra amor…
Quiero robarte, mi niña,
esas cautivas perlas
que el alma me llenan
cuando me miras…
Tan brillantes…
Que los astros languidecen
si despiertas un instante…
Tan profundos…
que a mi alma le parecen
dos abismos insondables.
Tan hirientes…
Que en el pecho se me clavan
hasta matarme…
Tan inquietos…
Que a veces se me figuran
cual veletas revoltosas
volando al viento.
Tan eternos…
como estos versos que dejo.
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Infinitos…
Tan divinos y enigmáticos,
tan bellos e inabarcables,
que no hay rutilantes versos
que hagan imaginables,
esos ojos…
Esos cielos…
Mayo de 1996. 17 años
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