Unos niños «muy legales»
Esta semana, los alumnos del Artatse, que en su mayoría proceden del barrio de Otxarkoaga, han podido extrapolar parte de esas enseñanzas sobre normas de convivencia y respeto a lo que será su futuro inmediato.
EL mundo sería un lugar mejor si todos los conflictos pudieran solucionarse con un abrazo, como hacen en el Colegio Artatse. En este centro educativo público, con 187 alumnos de Infantil y Primaria, los problemas y las faltas contra la convivencia se resuelven "hablando y pidiendo perdón", y con ese abrazo que sella la reconciliación entre los que se pelearon en el patio, se insultaron en clase o se comportaron mal. Gracias a ese método y al conjunto de valores y normas que el claustro de profesores del Artatse inculca a los niños, la conflictividad en el colegio se mantiene a raya y el ambiente educativo es ejemplar.
Esta semana, los alumnos del Artatse, que en su mayoría proceden del barrio de Otxarkoaga, han podido extrapolar parte de esas enseñanzas sobre normas de convivencia y respeto a lo que será su futuro inmediato. Dos grupos de niños y niñas de los cursos de 3º a 6º de Primaria tuvieron la oportunidad de conversar con tres letrados de los servicios jurídicos del Gobierno vasco sobre las consecuencias de cometer faltas o delitos una vez alcanzada la edad penal del menor -14 años- y la importancia de seguir respetando las reglas tras abandonar el colegio. Idoia Zapirain, Mikel Casas y Alberto Saiz Garitaonandia, director de lo Contencioso del Gobierno vasco, explicaron a unos 30 alumnos de 8 y 9 años y a 22 de entre 10 y 12 que determinadas conductas que ellos pueden ver o conocer -como trapicheos y consumo de drogas, las agresiones y daños a bienes públicos- acarrean consecuencias legales y penales. Les hablaron de la importancia de saber que con unos pocos años más de los que ellos tienen ahora "meterte en líos te puede complicar la vida" y de que la Justicia para menores incluye diversos tipos de medidas, que van desde la amonestación al internamiento en centros de régimen cerrado. Pero al mismo tiempo que Idoia, Mikel y Alberto captaban la atención de los niños contándoles algunos de los casos que han llevado como letrados y que implican a menores, estos tres abogados aprendieron que los alumnos que actúan como agentes de paz en el colegio no solo separan a los que se pelean, sino que también hablan por separado con los implicados y tratan de averiguar quién empezó y por qué, resuelven el conflicto, hacen que el culpable pida perdón y posibilitan que se den lo que en el colegio denominan el abrazo del oso, que expresa la reconciliación definitiva y restaura la paz.
RIESGOS REALES La iniciativa para que unos letrados del Departamento de Administración Pública y Justicia del Gobierno vasco acudieran a un colegio de primaria a hablar de la Justicia de menores surgió de los contactos que algunos de estos abogados han mantenido con los miembros de la dirección y profesores del colegio Artatse a raíz de conflictos que acabaron en los tribunales. Cristina Garre, la directora del centro, cree que todas las cosas pasan por algo y convirtió susobligados contactos con los letrados en una oportunidad de acercar algunos aspectos del mundo real -relacionados con la Justicia y los procesos penales- a sus alumnos.
Sobre la forma elegida para abordar los riesgos legales y penales en unas charlas con niños, Mikel Casas señaló que "nos parecía interesante tocar casos reales y unirlos a mensajes de valores, mensajes morales y de cuestionamiento, que los chavales vieran a unos abogados en esa parte del mundo judicial en la que estamos nosotros y donde ellos saben que pueden llegar a estar". Añadió que optaron por utilizar "un lenguaje claro pero muy cercano para decir ¡ojito!, que si en el entorno subyace que muchos de estos chavales pueden tener problemas, ellos deben saber lo que hay".
Conscientes de que muchos de los niños y niñas saben, porque está en la calle y en su ambiente, que las drogas -"también el alcohol", apuntó un niño llamado Isaac-, las armas y la violencia existen, los letrados se esforzaron por hacerles ver que esos elementos dan pie a conflictos y problemas que "a partir de los 14 años no se resuelven con un abrazo y pueden acabar en los tribunales". "La escuela -les dijo Mikel Casas- es un lugar para que crezcáis como personas, porque la calle está muy difícil" y "vuestra edad es la antesala de poder ser unas personas estupendas o tener problemas". En las charlas, muchos niños se interesaron por el papel de los jueces y los fiscales, la importancia del arrepentimiento o si los menores pueden ir a la cárcel. Como ejemplo del conocimiento que los niños tienen de esos riesgos expuestos por los abogados, una alumna de 4º contó con absoluta normalidad que "un chico que siempre anda fuera de la valla del colegio y al que no dejan entrar aquí, ha estado en uno de esos centros de menores".
NORMAS DE CONVIVENCIA Idoia, Mikel y Alberto destacaron que la decisión de hablar a alumnos de Primaria sobre determinados aspectos de la Justicia juvenil no se debe a que su colegio sea especialmente conflictivo, sino a que sus responsables consideraron que era una actividad interesante. "Este tipo de conocimiento también es importante -explicó Inés González, jefa de estudios- y lo que han aprendido les puede servir para la vida". Mikel Casas añadió que "los niños no son problemáticos, pero hay un riesgo importante de que lo que encuentren fuera del colegio cambie las cosas".
Cristina Garre, todavía impresionada por la atención que los dos grupos de escolares habían prestado a la exposición de los abogados, reconoció que el Colegio Artatse "es un centro de especial dificultad, pero no problemático", gracias en buena parte a muchos años de trabajo en torno a las normas de convivencia y la responsabilidad de los propios niños en la resolución de conflictos. El centro es el único que cuenta con un trabajador social integrado en el claustro.
DEBATE Idoia Zapirain, que se encargó de contar a los escolares dos casos en los que ha intervenido como letrada, alentó el debate sobre la responsabilidad, el arrepentimiento espontáneo y el castigo. Y se encontró con insospechadas reflexiones infantiles acerca de la existencia de atenuantes por la carencia de amor -por no contar con unos padres y una familia que eduquen a los menores- y la importancia de investigar todos los aspectos y oír todas las versiones de incidentes tan comunes como la agresión de una alumna a una profesora o un empujón entre chavales. Una de las niñas que intervino en el análisis de casos opinó que una agresora era al mismo tiempo "inocente y culpable", porque aunque había insultado y golpeado a una profesora, "se debía tener en cuenta que vivía en un centro de acogida y le faltaba cariño".
Dentro de unos días los letrados del Gobierno vasco volverán al Colegio Artatse para hablar a los padres de los alumnos "sobre algunos aspectos de la Justicia juvenil, los problemas que sus hijos pueden tener con determinadas instituciones, destacar el valor preventivo de la educación y la importancia de no desmotivarles". "Vamos a incidir -destacó Idoia Zapirain- en que la familia es el pilar fundamental, la viga maestra sobre la que se asienta el futuro de estos chicos"
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