Salvados por los Programas de Cualificación Profesional Inicial
MUCHAS veces los padres llaman muy preocupados porque les han dicho que sus hijos no van a aprobar la ESO y quieren saber qué pueden hacer. A partir de esa llamada a un centro educativo en el que se imparte Formación Profesional muchos jóvenes de entre 15 y 18 años con fobia al pupitre, que "no encajan" o han sido "expulsados" por el sistema educativo llegan a los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), que les dan la oportunidad de adquirir una certificación profesional y obtener el graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Los PCPI, que también abren las puertas del mercado laboral a inmigrantes que no han podido certificar sus estudios y a todos aquellos que "se descolgaron" de la Enseñanza oficial, en ocasiones son "la penúltima oportunidad" para obtener formación práctica y una titulación básica.
Pero ahora estos recursos formativos para la inserción laboral viven momentos de incertidumbre y zozobra por culpa de la Lomce (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa). "Los PCPI han demostrado ser muy válidos y parece que se los quieren cargar", resume Jesús María Paredes, coordinador de PCPI del Centro Formativo Otxarkoaga. La Lomce sustituye los PCPI por la nueva FP Básica, que en el País Vasco tendrá una versión propia que busca preservar las características diferenciales del modelo vasco. De momento, el Ejecutivo vasco ha logrado un aplazamiento en la aplicación del nuevo modelo con la aprobación de los Programas de Formación Transitoria Integrada, pero quienes llevan años ofreciendo alternativas a los alumnos "que se escapan" del sistema educativo confirman que "la situación no es nada tranquila".
"Entiendo que un programa educativo no se debe someter a tantos cambios porque el profesorado no se puede centrar, ni siquiera sabemos para cuánto tiempo debemos preparar las programaciones. Estamos a la espera de la nueva normativa -la Agenda Estratégica de Formación Profesional que prepara el Gobierno vasco y que se ha anunciado para el próximo otoño- y nos gustaría que fuese lo más clarificadora posible, que mantenga los principios que han funcionado muy bien en los PCPI y cuya eficacia reconoce todo el mundo", explica Jesús María Paredes. Con más de treinta años de experiencia en la formación académica y profesional en Euskadi, este coordinador de PCPI añade que los principios que en su opinión se deben preservar son "los que tiene que ver con la organización, las ratios, los perfiles profesionales y la especialización frente a la generalización, entre otros". "Todos los que trabajamos en este campo de la educación pensamos que hay que seguir ese modelo y supongo que el Departamento de Educación, Política Lingüística y Cultura también, porque cada vez que nos reunimos nos reconoce el buen trabajo realizado. Nuestra demanda es esa: que el programa se mantenga dentro de los parámetros seguidos hasta ahora y que han permitido que funcione con gran éxito", concluye.
UN MODELO VÁLIDO Jesús María Paredes avala la validez de los PCPI para recuperar, reintegrar y reorientar a muchos jóvenes que de otra manera engrosarían las estadísticas de abandono escolar temprano. "El fracaso -indica- no es del alumno, es del sistema, porque cuando los chavales de 15 años deciden que no quieren estudiar o no ven ningún interés en la ESO, en realidad les quedan pocas alternativas. En un proceso de enseñanza-aprendizaje influyen muchas cosas: la capacidad, el entorno, las motivaciones, sus expectativas… En general nuestros alumnos de PCPI son jóvenes que no quieren estudiar, pero que sí quieren aprender un oficio y entrar en el mercado laboral. ¿Esta formación es el último recurso para los que se han quedado al margen del sistema educativo?, yo diría que es su penúltima oportunidad, porque en el caso de que aquí no tengan éxito solo les quedaría la formación permanente de adultos".
Los recursos formativos para la inserción laboral viven momentos de incertidumbre y zozobra por culpa de la Lomce
Paredes añade que "aunque acabar PCPI está bien, el objetivo es que los alumnos pasen a estudiar el grado medio, que se sigan formando". Los datos respaldan las afirmaciones del docente: un 80% de los alumnos del Centro Otxarkoaga obtienen el Graduado en la ESO y un 97% logran la certificación en PCPI, "si además consigues que la mitad o más de esos chavales continúe su formación en grado medio yo creo que el éxito es rotundo".
Para explicar por qué chicos y chicas que no tuvieron razones ni incentivos para acabar la ESO cambian de chip y concluyen con éxito los dos cursos (2.100 horas) de PCPI el coordinador alude a la orientación personalizada, la recuperación de la autoestima y el trabajo en los talleres. "Cuando llegan a los PCPI los chavales se dan cuenta de que han roto con la Secundaria, que esto es otra cosa distinta, se ven más útiles y más cerca de poder trabajar, se sienten más mayores. Ese primer trabajo de recuperación del individuo y su autoestima es muy importante y ahí el profesorado aporta mucho pero ellos tiene que poner de su parte. Entre todos conseguimos que los alumnos se sientan mejor, integrados y útiles y también que vean una salida laboral con posibilidades", explica Jesús María Paredes. "El taller -opina el educador- es el elemento motivador fundamental y también la metodología que utilizamos. Nosotros ni siquiera usamos libros de texto, porque eso nos condenaría a repetir lo que ya habían hecho y les llevó al fracaso".
OPORTUNIDAD Este año en el Centro Formativo Otxarkoaga hay 170 alumnos de PCPI, pero el centro, que este año celebra su 50º aniversario, lleva décadas dando alternativas educativas a jóvenes que por diversas circunstancias no tenían cabida en la enseñanza oficial. "Nacimos en los años sesenta como centro de formación profesional, de FP1, pero ya entonces veíamos que había chavales que se escapaban, que no encajaban ahí e inventamos la FP de ciclo largo, pero aún así se nos seguían escapando. Luego llegaron la Educación Compensatoria, los programas de Garantía Social y la Iniciación Profesional. Más tarde se crearon los PCPI, que además de una cualificación profesional y una certificación, dan la posibilidad de conseguir el Graduado en ESO".
Por los PCPI de Otxarkoaga pasan o han pasado repetidores, "rebotados", inmigrantes, algunos que simplemente no querían estudiar y también menores no acompañados. "Lo más habitual -detalla Paredes- es que nos llame una madre desesperada porque le han dicho que su hijo no termina la ESO, nosotros le explicamos que los dos años de PCPI no van a decidir su futuro profesional, pero sí su futuro personal, porque si tiene éxito saldrá adelante".
PCPI
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