Mil noches una boda
Ayer cumplí(mos) con una vieja tradición. Tan vieja que es anterior a la existencia del video, el DVD o la piratería en la Red. Con semejante tarde: día de fiesta, lluvia, viento, tiempo totalmente desapacible, el lugar natural para una pareja es el cine. Así fue durante muchos años. Ayer recuperamos la tradición, después de muchos meses.
“Mil noches, una boda” es una película que plantea (replantea, una vez más) la disyuntiva entre “libertad” y seguridad, entre el respeto a una misma y la aceptación de las convenciones sociales, siempre plagadas de tics machistas.
El tema no tiene mucho de nuevo. Lo que resulta curioso, cuando menos curioso, es que el planteamiento se haga sin explícitas reivindicaciones feministas y con una historia que tiene por protagonista a una señora de 60 años, “soltera”- madre de cuatro hijos y cuya vida entera parece haber dependido de su trabajo en un cabaret situado en la frontera entre Francia y Alemania.
Para mayor sorpresa, por lo que he entendido, la historia no sólo se basa en hechos acontecidos, sino que además está interpretada por la misma mujer y sus hijos que los han vivido.
Es una película sincera, fácil de seguir y de involucrarte, más que digna y tan interesante como para ser declarada (por seguir con las muy viejas tradiciones) de “las de cine-forum”.
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