En el frente educativo
ELEGIDOS al azar, siete estudiantes de diferentes ciclos del Centro Formativo Otxarkoaga coinciden en destacar la formidable relación que mantienen con sus profesores como el mayor atractivo de la escuela a la que asisten a diario. “Tienen mucha paciencia. La edad mala, la del pavo, la pasé aquí y se portaron muy bien conmigo”, relata Katherine, estudiante de Carrocería que comenzó su andadura en el centro a los 15 años. “Son casi como amigos. Te ayudan pero no están encima tuyo todo el tiempo”, expresa Endika, quien en sus ocho años de trayectoria como alumno ha completado varios itinerarios de formación profesional, experiencia que le otorga cierta credibilidad para hablar del tema.
Basándose en una metodología personalizada, motivadora y flexible en la que el alumno es el eje de la educación, el centro diocesano de formación integral cumple durante este curso su quincuagésimo aniversario ofreciendo sus servicios a alumnos de Bilbao y Bizkaia. Con instalaciones de equipos industriales de última generación, la escuela ofrece salida a alumnos que persiguen su integración en el mundo laboral, con estudios que van desde la Educación Secundaria Obligatoria a la Formación Profesional Básica y de Grado Medio. “Vienen estudiantes que en otros centros tienen dificultades para continuar con su preparación. Cuando vienen, sus familias o los profesores de otros centros me cuentan que solo molestan. En Otxarkoaga, enseñando de otra manera, conseguimos resultados”, declara Nancy Bilbao, orientadora.
Aquello que dicen los alumnos es corroborado por los maestros. “Nos dicen que lo que más agradecen es la relación con los profesores, porque se sienten reconocidos y tenidos en cuenta”, explica Bilbao, quien señala que mediante una metodología diferente tratan de enseñarles “contenidos que les sirvan en su vida diaria y que tengan un resultado tangible”. Ejemplo de ello son las clases de cocina que se imparten para algunos alumnos de la ESO. “Tenemos estudiantes que, entre comillas, han fracasado en el sistema escolar habitual, pero muchas veces ese fallo es producto de una serie de elementos personales que se juntan y se reflejan en el rendimiento escolar”, explica Javier Laiseca, director del centro. Por ese motivo, la labor de “tutorización y seguimiento cercano” resulta importante para conocer “las expectativas de cada alumno y hacer un trabajo de motivación” adecuado a cada perfil.
PRÁCTICA ANTE TODO A través de una ruta en la que traza un recorrido por todas las estancias del centro, Txutxi Paredes, profesor y responsable de Comunicación del centro, explica cómo cada taller se divide en varias zonas donde los futuros operarios de Formación Profesional Básica y técnicos de Grado Medio comparten aulas. Las instalaciones de la escuela, que emulan a la perfección cualquier taller profesional, llaman la atención. “Se ha realizado una inversión importante en cuanto a maquinaria; la última adquisición es un centro de mecanizado para hacer piezas en serie”, señala Paredes, quien muestra con satisfacción el coche tipo Escarabajo, el taxi inglés y el Chevrolet de 1927 que están a la espera de ser restaurados en el taller de carrocería.
Que la práctica prevalezca sobre la teoría es otro de las fundamentos del método que defienden. Endika y Borja, estudiantes de Instalaciones Frigoríficas y de Climatización, explican su participación en un concurso interno de motivos navideño en el que proponen un árbol que contiene “cinco evaporadores que hacen que se congele”. “En realidad, el árbol tenía que ser de cincuenta centímetros, pero nos hemos pasado y es de 2,65 metros”, cuentan divertidos, mientras otro alumno, escéptico, lanza propuestas sobre cómo mejoraría el resultado sin importar el tamaño del objeto. “De alguna manera se intenta que lo que hagan se parezca lo máximo posible a lo que tendrán que enfrentarse en el mundo laboral”, explica Paredes.
No en vano, la realidad de Otxarkoaga, en cierta manera, es el fiel reflejo de ese mercado laboral del que habla Paredes. “Cuando la gente llama muchas veces pregunta: ¿Tenéis talleres de chicas? Pero… ¿Qué es lo que se entiende por talleres de chicas?”, se pregunta. A excepción de la titulación de Auxiliar de Peluquería, el resto de los ciclos impartidos en el centro son industriales, “un sector donde la presencia de la mujer aún es poco significativa”, lamenta Laiseca. Sin embargo, poco a poco, el número va creciendo y, además de algunas alumnas, hay incluso profesoras en dichos ciclos. “Nunca he tenido problemas por ser mujer en clase, aunque en el mundo laboral creo que sí podría llegar a tenerlos, porque los dueños de los talleres suelen ser personas mayores”, reconoce Katherine.
La situación económica también tiene su espejo en el centro. “El paro se nota y cada vez viene gente mayor. También viene mucho extranjero con nivel pero sin titulación. Ofrecemos Educación Permanente de Adultos (EPA), lo que nos permite que aquellos que no tienen el graduado puedan cursar un Grado Medio”, señala Paredes. Ese es el caso de Mónica, quien después de trabajar cinco años de electricista, finalizó la EPA y se vio obligada realizar el ciclo de Instalaciones Eléctricas y Automáticas, porque le pedían el título “en todas partes”.
Sin embargo, también hay casos atípicos como el de Nerea, quien después de finalizar la carrera universitaria y un posgrado de Restauración hizo un curso en Otxarkoaga a través de Lanbide y quedó “tan encantada” que comenzó a hacer el ciclo de Carpintería para “recibir formación práctica”. Así es como se ha sumergido en un aspecto de la ebanistería que hasta el momento desconocía por completo y que recomienda a todos aquellos que han recibido una educación exclusivamente teórica, como ella.
“La escuela tiene muy buenas referencias, en mi taller se formó el actual director de Renault, que empezó como nosotros”, explica orgullosa Katherine. El director del centro Otxarkoaga se muestra firme en continuar el camino emprendido hacia la excelencia con ideas claras: “Tenemos que acompasarnos para dar respuesta las necesidades de nuestros alumnos. En la medida en la que mantengamos esa coherencia con nuestros principios, iremos evolucionando y adaptándonos, pero el éxito estará garantizado
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