Adiós temporal al Frontón de la Esperanza
La obra de infraestructura más importante que se va a acometer en el Casco Viejo en los últimos años ha comenzado. Las primeras máquinas ya han entrado en el viejo frontón de La Esperanza para iniciar su demolición y dar paso a la construcción de la nueva terminal del metro que servirá a la línea 3 y se comunicará con los andenes de las líneas 1 y 2 de suburbano.
La semana pasada el Ayuntamiento de Bilbao entregó las llaves del veterano recinto deportivo a Euskal Trenbide Sarea (ETS), el ente responsable de las infraestructuras ferroviarias que se acometen en el País Vasco y responsable de estas obras que afectarán a miles de usuarios del metro y Euskotren, además de a los vecinos de la zona.
Ayer ya se podían observar en el interior de la cancha los primeros movimientos y una pequeña excavadora que ha empezado a retirar los elementos que se puedan reciclar de las escasas dependencias que alberga el recinto. Fuentes de ETS indicaron ayer que las grandes máquinas que empiecen a destrozar la fachada y las paredes interiores no se empezarán a ver hasta dentro de quince días. Mientras tanto, los técnicos del ente dependiente del Gobierno vasco también están analizando la situación de los muros y la estructura del espacio.
La intención es no abatir todo el recinto. La idea es que, para asegurar los edificios de viviendas que lindan con el frontón, se afectará lo menos posible al frontis y a la pared trasera, la de rebote. Los cálculos que maneja ETS es que en dos meses el solar quede expedito y deje un gran hueco en la calle Esperanza, justo por detrás de la iglesia de San Nicolás.
El derribo del frontón es necesario para que se pueda acometer la estación del Casco Viejo que dará servicio a la línea 3 ya que la escasez de espacio en la zona de trabajo obliga a que las grandes máquinas solo puedan entrar por el solar que ocupa el emblemático frontón; en concreto, por la pared lateral que linda con el espacio ferroviario.
Fuentes de ETS consultadas han indicado que las obras de la nueva parada ferroviaria se iniciarán a partir del 1 de junio cuando el actual servicio ferroviario de Euskotren con Txorierri sea suspendido por la compañía. Será cuando se ponga en marcha la alternativa ideada utilizando el metro hasta la estación de Lutxana, para luego retomar la línea de la compañía ferroviaria hacia Txorierri.
A partir de esa fecha será también clausurada la entrada a los andenes de Euskotren y se empezará a desmantelar la estación. Canceladoras de billetes y expendedoras, el tendido de vías y traviesas, los dispositivos de energía, la catenaria, las escaleras… Toda la zona quedará limpia para levantar la nueva intermodal que servirá al trayecto de la línea 3 entre Etxebarri y el barrio bilbaino de Matiko.
En cuanto al acceso del metro de San Nicolás actualmente en servicio, y que se comparte con el que será clausurado el 1 de junio, fuentes de ETS no concretaron fecha alguna para su cierre. Aseguraron que “la previsión es que haya que cerrar la entrada y salida de los viajeros del metro por temas de seguridad pero vamos a tratar de que sea el menor tiempo posible”.
ACCESO ÚNICO PARA EL METRO Cuando eso ocurra, los usuarios del suburbano solo podrán entrar en la estación subterránea de Casco Viejo por el acceso de la plaza Unamuno lo que es posible que, en algunos momentos de hora punta en días clave como la próxima Aste Nagusia, las canceladoras de acceso a los andenes se saturen.
Los trabajos que acometará un consorcio de empresas liderado por la constructora Sacyr serán de precisión quirúrgica. La intervención será muy complicada, ya que se ejecutará a pocos metros de las fachadas de viejos edificios del Casco Viejo. Además se tendrá que comer buena parte de la ladera que cae en vertical desde Etxebarria para encajar los nuevos andenes y el par de vías previsto para el tráfico de trenes en ambos sentidos. Además se ubicaran escaleras fijas y mecánicas y dos ascensores que servirán para que los viajeros de la futura línea 3 puedan conectar con el nuevo vestíbulo en común que compartirán con los usuarios de las otras dos líneas del suburbano.
Las obras se prolongarán durante los próximos 17 meses, con lo que la apertura de la línea 3 podría llegar a finales de 2016.
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