«Si saben que no pueden hacer el sorteo, ¿por qué nos hacen venir hasta aquí?»
Llegaron con toda la ilusión del mundo, pensando que saldrían con las llaves de su nuevo hogar en el bolsillo, y se marcharon de vacío. Con un buen enfado. «Suspendido el acto del sorteo de las 50 viviendas del programa de arraigo del OAL Viviendas Municipales de Bilbao por la Junta Electoral». Esta escueta nota, impresa en un papel y grapada a la entrada del Centro Cívico de Otxarkoaga, rompió en mil añicos los anhelos de los bilbaínos que, puntuales, habían acudido hasta allí para optar a uno de los pisos de alquiler protegido en el barrio. Un par de días atrás habían recibido una carta que les instaba a acudir a las 11.00 horas a un acto en el que estaría presente el concejal socialista Alfonso Gil junto a su equipo. Y así lo hicieron, ajenos a la decisión de la Junta Electoral de anular el acto tras una denuncia de EH Bildu. «Esto es una tomadura de pelo. Si saben que no pueden hacer un sorteo antes de las elecciones, ¿para qué nos hacen venir hasta aquí?», se preguntaba María Luisa Rodríguez, visiblemente contrariada.
Como ella, más de una veintena de personas llegaron a las instalaciones municipales pocos minutos antes de las 11.00 horas. Al preguntar María Luisa por la sala donde se iba a celebrar el sorteo, los conserjes del centro le señalaron el cartel, también colocado sobre el mostrador de atención al público. «Se canceló ayer a última hora porque lo denunció un partido político», acertó a explicar uno de los bedeles, ante la expresión atónita de la mujer. «Recibí el martes la carta para venir al sorteo y no me han dado ninguna explicación. Esto me parece fatal», censuró. Pero las aclaraciones al entuerto no tardaron en llegar.
«A última hora»
La directora general de Viviendas Municipales, Eider Bilbao -que rehusó realizar declaraciones a este diario-, acudió al centro cívico para tratar de explicar lo sucedido. Junto a un técnico de la sociedad municipal, fueron explicando los motivos que habían llevado a la cancelación del acto. «Hemos tratado de llamar a todos, pero la Junta Electoral tomó la decisión a última hora», aseguró. Aunque lo cierto es que ayer a medio día ya se había desconvocado el acto para la prensa.
En general, los argumentos de los responsables municipales no parecieron convencer a los vecinos, que no terminaban de entender cómo las elecciones generales se habían cruzado, de forma inesperada, en el camino hacia su deseado nuevo hogar. «Esto es una falta de respeto. He tenido que dejar de trabajar para estar aquí y, total, para nada. Nos han avisado de que se cancelaba hace menos de una hora y hemos venido a ver qué pasaba. No hay derecho», denunció David Posada, repartidor, que necesita el piso de alquiler protegido para mudarse con su mujer, Karina Villena, en avanzado estado de gestación.
«No me lo puedo creer. Me dicen que por fin entro en el sorteo de una vivienda protegida y ahora me quedo sin nada, he perdido ya toda la confianza en que me vuelva a tocar», lamentó Fernando Marcos. «¡Y todo por la denuncia de Bildu!», clamó el hombre, muy alterado, a pesar de que los responsables municipales le explicaron que la decisión había partido de la Junta Electoral, con independencia del grupo municipal que había alertado del acto, y que seguía siendo una de las personas elegidas para participar en la convocatoria, que se celebrará «dentro de unos días, pasados los comicios».
Mucho más calmada, María García no salía de su asombro por la «falta de previsión» del equipo de gobierno. «No me puedo creer que no supieran que iban a cancelarles el acto», apuntó. «No son conscientes del trastorno que todo esto nos supone. Yo he tenido que cambiar mi turno de trabajo», reclamó la mujer. Aunque otros se mostraron mucho más comprensivos. «Bueno, son cosas que pasan», resolvió con un suspiro de resignación Orlando Morrón, que se largó con las manos en los bolsillos, vacíos. Tendrá que esperar a que La Moncloa tenga nuevo inquilino para llenarlos con las llaves de su ansiado hogar.
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