¿Cómo sería una ciudad diseñada por los niños?

La arquitectura y los espacios urbanos determinan, en muchas ocasiones sin que seamos conscientes de ello, la forma de relacionarnos con los demás, nos ayudan a mejorar la convivencia o por el contrario pueden generar espacios de exclusión social. Hace tiempo que el urbanismo inclusivo, aquel que empodera a la ciudadanía, se está teniendo en cuenta en la normativa y el urbanismo. Sin embargo, los diseños urbanos están a menudo condicionados por planes urbanísticos que se alejan del usuario final en el origen del proceso de creación. Si el espacio en cuestión va dirigido a los niños, esa participación activa es todavía residual.
Bilbao y los niños
¿Es Bilbao una ciudad amigable para los niños? «Hay trabajo por hacer. La ciudad tiene ahora más espacios libres, pero los niños tienen muy acotadas sus zonas. Con la tendencia a la seguridad, solemos colocarles en un redil –esto pasa en Bilbao y en muchos sitios–, pero, cuando tienen que salir de ahí, no pueden ser autónomos, porque la ciudad no está preparada para que un niño se mueva de forma independiente», explica Ormaza.
Precisamente con el objetivo de recuperar la autonomía y la presencia de los niños y jóvenes en el espacio público Txikiark está llevando a cabo el proyecto Txikimaps por segundo año consecutivo, con la colaboración de Caritas Bizkaia, realizando talleres e intervenciones con jóvenes de Erandio, Algorta y Otxarkoaga. La intervención en la que participa Teo Arkitektura, en Otxarkoaga, va dirigida a menores desde 4 a 14 años, y se centra este año en el juego como medio para activar el uso del espacio público.
teo arquitectura
«La cultura del juego ha variado mucho. Por eso, queremos que hagan un poco de arqueología familiar, y que investiguen a qué jugaban sus personas de referencia. Tras la investigación, haremos un taller creativo, y finalizaremos con una intervención en un espacio de juego en la Plaza de la Cantera, en Otxarkoaga, para que ellos lo adecuen a su gusto», explica Tijero.