Los euskaldunes ya son mayoría en Bilbao
Miles de personas corrieron por las calles de Bilbao el pasado 6 de abril a favor del euskera. La vigésima edición de la Korrika ya puede celebrar que en Bilbao la mayoría de la población es euskaldun. Así lo constatan los últimos datos que maneja el Área de Euskera y Educación del Ayuntamiento de Bilbao, que además arrojan cifras tan positivas como el hecho de que en 30 años se ha multiplicado por cuatro el número de euskaldunes en la villa. “De los 342.370 vecinos de la capital, 78.727 son euskaldunes alfabetizados, 96.774 saben euskera aunque no de forma académica y 166.869 son erdaldunes”, señala Koldo Narbaiza, concejal de Euskera y Educación. Y añade: “En total, 175.501 bilbainos, o sea el 51,2%, saben euskera”. El reto ahora es que se use.
La mayoría de los bilbainos habla euskera; pero tan importante como el número es la radiografía de su implantación en la ciudad. En este sentido, Narbaiza explica que el número de euskaldunes en los distritos es muy homogéneo con apenas una diferencia de cuatro puntos. Estos datos desmitifican la idea preconcebida de que el euskera se habla más en Deusto, Ibaiondo o Uribarri que en Otxarkoaga o Zorrotza.
Así, en el distrito 1 de Deusto están contabilizados 25.750 bilbainos euskaldunes y 23.234 erdaldunes. En Uribarri son 18.036 euskaldunes frente a 18.590 que hablan castellano. En Otxarkoaga baja un poco la media, pero sigue siendo un 50,9% de la población del distrito con 13.773 euskaldunes y 13.243 erdaldunes. Begoña cuenta con 20.187 vascoparlantes, mientras que son 21.028 los erdaldunes. En Ibaiondo suben hasta el 54% los euskaldunes con 32.334 personas frente a las 27.520 que no lo saben, y en Abando la proporción es de 27.762 euskaldunes y 22.789 erdaldunes. Rekalde tiene una media de 22.037 personas que dominan el euskera frente a los 24.181 bilbainos que no lo hablan, y finalmente Basurto-Zorrotza tiene una proporción de 15.622 euskaldunes frente a 16.284 erdaldunes.
Por distritos Los datos hacen que el concejal hable en positivo de la radiografía de Bilbao. “Yo tengo un amigo que cuando vamos al monte siempre dice lo mismo: el que da el tiempo es el último. Tenemos que estar todos un poco protegidos para que el último también llegue. Que no haya nadie descolgado, que haya una conexión. Por eso, más que hablar de en qué barrios puede estar más coja la presencia del euskera prefiero hablar de dónde hay que trabajarlo más. Porque de lo contrario parece que se deja de lado”, señala.
Otro dato que se analiza es la pirámide lingüística. En este sentido ,cabe destacar que “la pirámide se ha invertido”. Se refiere Narbaiza a que hay más jóvenes que saben euskera que personas mayores, algo que antes era al contrario. Se percibe que desde los dos años hasta los 44 es mayoritaria la población que sabe el idioma, mientras que a partir de esta franja de edad el porcentaje de erdaldunes comienza a imponerse a los euskaldunes. “El euskera es cada vez más un idioma de niños, la lengua del cariño…”, dice Narbaiza.
No en vano la evolución de los modelos lingüísticos refleja esta realidad. En los últimos 15 años, el modelo D ha crecido exponencialmente. En la enseñanza de Educación Infantil, el modelo A ha descendido, pasando de un 18% del alumnado a un 3,20%, y en la otra cara de la moneda, el modelo D ya se sitúa en un 42,53%. Esto quiere decir que prácticamente se ha triplicado el número de niños que inician la Educación Infantil en euskera. Así se ha pasado de 3.897 nuevos alumnos a los 7.064. La misma tónica se produce en la escolarización de la Educación Primaria así como en la Educación Secundaria Obligatoria.
El Ayuntamiento de Bilbao, desde el Área de Euskera, organiza talleres para que los niños que estudian en modelo A puedan reengancharse. A las subvenciones para ayudar en el aprendizaje del euskera para padres y madres se suman otros programas municipales que pretenden implicar también a los monitores de tiempo libre con el objeto de que las actividades con niños sean siempre en euskera. Los programas en este sentido son más ambiciosos ya que tratan de implicar a los comerciantes para que el euskera se filtre en todas la sociedad. “Se trata de que el ocio se viva en euskera”.
“No podemos obligar a nadie a que se exprese en euskera aunque sepa el idioma, pero sí podemos poner de nuestra parte para facilitar su uso e incluso hacerlo más atractivo y es en lo que trabajamos no solo el Ayuntamiento sino todas las instituciones”, concluye el concejal.
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