RELFEXION SOBRE LOS HECHOS SUCEDIDOS
Kerman Oliva
Periodista, profesor y presidente de la Asociacion TENDEL
Es complicado intentar ser objetivo y no dejarte llevar por la rabia y la indignación que tenemos en estos momentos todos los vecinos del barrio. Los sentimientos están a flor de piel y es imposible no herir sensibilidades cuando expresamos ideas u opiniones sobre este asunto. Además analizarlo en su globalidad es sencillamente imposible, por eso me quiero centrar en dos aspectos: la edad de los acusados y el barrio.
Este asesinato (vamos a llamar las cosas por su nombre) ha sido perpetrado por menores. La investigación aun no se ha cerrado y hasta que no se produzca el juicio deberíamos ser cautelosos. Pero la pregunta que se está haciendo todo el mundo es ¿Qué es lo que ha fallado?
Es imposible decir una única razón del fallo, seguramente ha sido la suma de varios hechos lo que ha tenido como consecuencia este trágico final.
Las personas que trabajan con estos menores vienen avisando sobre los cambios que se están dando en ellos y que se pueden resumir en los siguientes:
• Tienen un entorno familiar muy complicado, con familias desestructuradas y que en muchos casos han estado parte de su infancia deambulando entre los centros de menores y su casa.
• Coquetean con las drogas, en busca de ese refugio que no han encontrado en los hogares ni en sus casas. Empiezan prontamente con los porros, pero poco a poco llegan a un consumo de sustancias más fuertes.
• Se inician a delinquir en busca de esos 5 o 10 euros que pueden lograr por malvender un móvil o una cartera de una persona mayor. Es dinero que les permitirá ese porro o pastilla para evadirse.
• Su comportamiento en los centros escolares es totalmente disruptivo.
• Además cuentan con una salud mental deteriorada, con indicios de trastornos psicológicos serios y no tratados
A todos estos rasgos hay que unir una ley que permite no imputarles hasta los 14 años, y ellos lo saben. Y su entorno también. Todo esto les convierte en un peligro para la sociedad.
Las respuestas que hasta ahora teníamos han quedado claro que no son las adecuadas, y por la tanto hay que buscar nuevas alternativas. Es por eso que las instituciones tienen que analizar qué parte de la respuesta que les estamos ofreciendo tiene que ser modificada para intentar que no sigan en esa escalada con un final trágico.
Lo que urgentemente hay responder es una realidad educativa que necesita de mayores recursos y abrir el abanico de posibilidades de los mismos, con psicólogos, trabajadores sociales, etc. Por otra parte los fiscales de Menores “tiene que hacer autocrítica de todo el sistema”. No puede haber, chicos que están ya tutelados por la entidad pública o siguiendo medidas correctoras impuestas por sentencia judicial, y están fuera del control directo de la entidad correspondiente.
Hay mucha autocrítica que hacer desde los responsables legales, instituciones que reparten el dinero de todos sin pedir nada a cambio, fiscalía de menores, seguridad ciudadana ausente de los lugares más conflictivos…
Este hecho ha sucedido en Otxarkoaga, pero hay que recalcar que este tipo de menores los hay en toda la sociedad. No es un problema sólo del barrio.
La realidad es que Otxarkoaga ha mejorado mucho en los últimos tiempos, nos guste o no, el programa “Imagina Otxarkoaga” ha ayudado a mejorar la percepción del barrio. Se ha logrado cambiar las políticas municipales de vivienda, dando prioridad a los jóvenes de la zona. Se ha logrado una programación cultural y social puntera en Bilbao. Se ha logrado que en los medios de comunicación aparezca el nombre de Otxarkoaga por noticias positivas. Si lo unimos a la reciente llegada del Metro, ha supuesto un impulso importante para el barrio. Quizás hoy tras lo sucedido lo vemos todo negativo, pero no es real, Otxarkoaga es un barrio, amable, tranquilo y con una vida social y cultural que es la envidia de todo Bilbao.
Aún así, es cierto que tenemos en nuestras calles una serie de menores que están delinquiendo y robando a nuestros mayores, entrando en pisos o dando tirones de bolso, que como consecuencia hace que en el barrio exista una sensación de inseguridad.
Pero aún nos quedan muchas mejoras. Unas mejoras que suponen una inversión económica y una implicación de las instituciones a niveles mayores que las actuales. No puede ser que nuestros chavales no tengan ningún espacio cubierto para poder jugar un partido de futbol en el barrio.
Este es solo un ejemplo, pero es que las demandas son muchas:
• En cuanto a los centros escolares. Hay que prestigiar los que existen tanto públicos como concertados para que los vecinos del barrio los vean como una opción posible. Solo si los jóvenes del barrio se quedan en él este puede tener futuro. Para ello se necesitan instalaciones modernas, recursos especializados y implantación real de los modelos educativos.
• En cuanto a la educación, entendida en sentido amplio, hay que ofrecer a los jóvenes lo que estos “buscan”: lugares de encuentro, todo lo que tiene que ver con encuentros relativos a videojuegos, deporte, música. A nivel de seguridad necesitamos una policía de cercanía, que este en la calle. Una comisaria con personal para poder poner las denuncias. La policía de barrio tiene que estar integrada en el barrio.
• A nivel asistencial. Necesitamos que nuestras Asistentas sociales no estén cargadas de trabajo burocrático, y puedan dedicarse realmente a una intervención eficaz. Además se necesita personal, y protegerles para que puedan hacer frente a las familias asociales.
• A nivel de convivencia. Necesitamos un control de aquellas familias que están perturbando a las comunidades de vecinos.
• A nivel de infancia: Necesitamos más espacios de prevención de menores que se encuentren en ciertos grados de vulnerabilidad.
• A nivel de tercera edad: Nuestros mayores tiene que sentirse seguros. Es por eso que necesitamos programas que les permita estar comunicados desde sus casas, dotándoles de herramientas que les permita estar comunicados en todo momento.
Estos son algunos de ejemplos, y seguro que hay muchos más, pero lo que se necesita ahora es bajar este suflé en el que estamos, y en el que los medios de comunicación no nos están ayudando. Necesitamos tener la calma para poder empezar a trabajar, pero sin perder la contundencia y rabia para reclamar estas mejoras. Y, sobre todo, no perder la idea de unidad que este triste hecho nos ha dado.
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