ESPECIAL PRIMER ANIVERSARIO DEL METRO
De lunes a viernes, dos veces al día, Idoia Ramírez toma el tren de la Línea 3. Su viaje comienza en Basurto y, en 20 minutos, termina en Otxarkoaga. Sus recorridos diarios se han reducido 25 minutos con la puesta en marcha de los nuevos trenes que han acercado a los vecinos de los barrios periféricos de Matiko, Uribarri, Zurbaranbarri, Txurdinaga, Otxarkoaga y Kukullaga con el centro de la villa, con otros barrios y el trabajo, la familia y los amigos.
La Línea 3 ha significado un cambio «positivo» en la conexión entre distintos lugares de la ciudad. Estos barrios populosos que estaban más alejados y dependían de un solo medio de transporte con tiempos de demora más extensos, ahora cuentan con una alternativa mejor.
Mari Jose Hogeda espera todos los días el tren en Kukullaga. Para ella y su familia la expansión del suburbano ha traído consecuencias positivas; además de acortar el tiempo de los viajes diarios «ha permitido que los barrios se integren, que la gente se anime a conocer lugares distintos que también tienen su atractivo».
El comercio es otro aspecto que ha mejorado. Carlos López pensó que su pequeño negocio se vería afectado por la Línea 3, pero doce meses después asegura que su predicción fue errónea. A su kiosko, situado en la plaza Kepa Enbeita, en Otxarkoaga, llega gente diferente y los fines de semana más. «Además, me ha permitido conocer sitios a los que antes no iba», así que su visión es positiva.
Una nueva alternativa de transporte permite que los lugares por donde cruza el tren tengan un atractivo mayor, generando una actividad inmobiliaria con mucho más movimiento. Según Alexander Mateos, propietario de la inmobiliaria Aresti de Txurdinaga, el valor de los pisos ha aumentado entre los 5.000 y 10.000 euros. Algo que alegra a los residentes de la zona con intención de vender.
Los autobuses todavía se usan
EL CORREO
l montar en cualquier autobús de la línea 38 en Otxarkoaga, dirección Plaza Circular, sorprende el gran número de pasajeros. Son en su mayoría gente mayor, pero también hay trabajadores y estudiantes. Conclusión: la línea 3 del metro se ha llevado mucha clientela, pero todavía hay gran cantidad de personas que siguen prefiriendo el autobús.
Los motivos son varios. Entre ellos, la mayor frecuencia de paso: cada diez minutos. Pero, sobre todo, el ‘miedo’ al metro que experimentan algunas personas mayores. Es el caso de Margarita Díez, vecina del barrio de Otxarkoaga, que admite que solo usa la línea 3 «si va acompañada por sus hijas o nietas». O el de Elena Coello, que sufre una claustrofobia que le impide utilizar el suburbano. La gran cantidad de escaleras, y lo ‘liosa’ que puede parecer en un principio la estación de Casco Viejo son otros motivos para optar por la vieja línea 38. «Prefiero esperar el bus o caminar desde Txurdinaga hasta Santutxu para coger el metro, me desoriento mucho en la estación de Casco Viejo», confiesa Lola Perales.
A pesar de ir más lento debido al tráfico, a los semáforos y a las frecuentes paradas, también presenta sus ventajas. Es más barato que el metro, lo que se convierte en un motivo importante para la gente con menos sueldo o pensiones más bajas. Y además permite disfrutar las vistas de la ciudad, lo que no solo sirve para orientarse mejor, sino también para poder contemplar los cambios que se van produciendo en ella.
«Todavía hay mucha gente que usa el autobús; solo en el turno de mañana hubo 500 viajeros», explica un conductor de la línea 38, «aunque es cierto que antes llevábamos a más gente, unos 700». Los números no mienten. Las cifras muestran que, en los ocho primeros meses desde que se inauguró la línea 3, los autobuses municipales perdieron 360.000 clientes en toda la ciudad.
El Ayuntamiento no ha reducido frecuencias. «El autobús cumple una función importante, esperemos que no eliminen líneas», piden los usuarios. Los bilbaínos están, en su mayoría, encantados con el metro, pero a muchos les gusta poder alternar con el autobús. «El metro es una gozada, pero yo uso el tren y el autobús indistintamente, el que vaya más acorde con mis horarios», explica Victoria Rubio, que vive en OtxarkoagaESPECIAL PRIMER ANIVERSARIO DEL METRO
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